Una nueva reseña de Emergencias en el diario venezolano El Periodiquito:
El Periodiquito 9
Crónicas del Olvido
ALBERTO HERNÁNDEZ
SÁBADO 28 DE DICIEMBRE DE 2013
EMERGENCIAS
1.- Entre Jorge Carrión y Juan Villoro se debaten 12 narradores jóvenes iberoamericanos. Entre esas dos experiencias se anuda este libro donde el cuento nada en aguas que se encuentran en un delta. Emergencias (Editorial Candaya, Barcelona, España, 2013) es una suerte de sala de atención en la que cada autor se somete a la auscultación de los lectores. O mejor, al diagnóstico de quienes se han quedado unas horas frente a sus páginas. El catalán abre la puerta con un prólogo donde habla y teoriza sobre el cuento, mientras el mexicano cierra con el relato de su relación con Augusto Monterroso durante un taller en el que aprendió
las trampas, técnicas, sabores y sinsabores de la literatura, en este caso del relato corto. Así emergen Carolina Bruck (Argentina), Ramón Bueno Tizón (Perú), Wilmer Cabrera (Colombia), Mariana Font (Uruguay), Antonio Galimany (Argentina), Carlos Gámez Pérez (España), Yannick García (España), Jari Malta (Uruguay), Mónica Ojeda (Ecuador), Álex Oliva (España), Eduardo Ruiz Sosa (México) y Tomás Sánchez Bellocchio (Argentina), quienes formaron parte del Máster en Creación Literaria de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona y cuyos profesores fueron Carrión y Villoro.
2.- Este libro de reencuentros (porque en el pasado ya hubo encuentros exitosos) resume temáticamente
una crisis, la del ser humano frente a sus propias realizaciones, frente a los referentes que lo copan y lo ocupan. De reencuentros porque, una vez más, no es la primera vez que narradores –en este caso cuentistas- españoles y latinoamericanos se atan a un cordón umbilical para refrendar la lengua, para hacerla más cercana o para disipar distancias, hacia dónde conduce cada uno su manera de decir, de escribir, de vivir o de morir. En este caso el protagonista para tal evento será el lector. He allí entonces el temario,
variopinto, rico en posibilidades. Desde los problemas vecinales, familiares, conyugales, citadinos, urbanos, parroquiales, comunales, hasta las diferentes crisis que proponen las nuevas tecnologías y los asuntos puramente humanos, tan comunes como el hombre mismo.
3.- Abrir y cerrar el libro, los ojos de estos relatos breves que inclinan al lector a sacudirse la modorra de otras costumbres, entre ellas la de verse el ombligo y hacerse el invisible a la hora de saberse españoles o americanos de habla española. Allí está la locura relatada por Eduardo Ruiz; la clase media como problema
o los problemas de una clase que casi no es media, como lo establece Sánchez Bellocchio. La tragedia de la migración por asuntos económicos o culturales en la voz de Wilmer Cabrera. La crisis, el horror de quienes tienen que traspasar las fronteras de los Estados Unidos y sobrevivir en una sociedad complicada, según
Bueno Tizón. La visión de mundo de Carolima Bruck a través de la pantalla del cine. El uso y abuso de las redes sociales vistos por Jari Malta. Carlos Gámez y su tratamiento de la televisión por cable. Yannick García y el enciclopedista Diderot. Mariana Font y la búsqueda insistente de nuevos referentes. Y así, una experiencia literaria que une dos aguas, dos turbulencias que a la larga terminarán haciéndose un delta de voces, de sorpresas, de crisis si la consideramos como posibles nuevas revelaciones, descubrimientos, decepciones o palpitaciones emocionales. Una emergencia que tiene como pacientes a quienes esperan abrir con impaciencia la primera página y respirar profundo al llegar a la última.
Emergencias es, como alguien armó, una urgencia, una aventura accional, diría yo, que abre la posibilidad de que emerjan de estas páginas uno o varios narradores que refundan la estirpe del contador de historias, que propicie una nueva navegación, un espacio nuevo en medio de los cambios que se han suscitado tanto en España como en América Latina. No es la misma España que catapultó al García Márquez de Cien años
de soledad, a Fuentes, a Onetti, a Cortázar o al otrora joven Vargas Llosa, hoy en la cresta de la ola.
América Latina no es la misma de esos prominentes nombres. Son dos países sumergidos en varios acentos que cuentan, relatan e historian sus crisis, sus angustias, sus distancias, sus diferencias y sus cercanías, pero también el poco conocimiento actual de uno y de otro. Emergencias porque la sala de atención precisa de alguien que diagnostique la necesidad de saber.