Revista Viajes

Emerita Augusta, en Mérida a gusto

Por Diborja
En mi vuelo de Cáceres a Córdoba pasé por Mérida. Un buen amigo murciélago me recomendó hacer esta parada, y la verdad es que no defrauda.

Emerita Augusta, en Mérida a gusto

Teatro Romano de Mérida

Durante la mañana visité el anfiteatro y el teatro Romano. Y es que conviene recordar que Emerita Augusta fue fundada allá por el 25 a.C. por Octavio Augusto y sirvió como capital de Lusitania. Allí iban los soldados "emeritos" (retirados) de las guerras que sirvieron a los romanos para conquistar Cantabria y Asturias. 
El tesoro no pudo ser mayor para la actual Mérida, declarándose por la UNESCO su conjunto arqueológico Patrimonio de la Humanidad desde 1993. Y bien merecido porque este murciélago no ha visto nada parecido en ninguna otra de sus visitas a ruinas romanas.

Emerita Augusta, en Mérida a gusto

Anfiteatro de Mérida

Volar sobre el teatro y anfiteatro es un auténtico viaje en el tiempo. En el anfiteatro pasando entre las gradas, saliendo por la puerta de los gladiadores, imaginando el palco donde se sentaba la nobleza, o incluso estando encerrado en la jaula de los animales. Es curioso porque dos mil años después seguimos teniendo una arquitectura parecida para disfrutar de los grandes eventos mundiales. Una entrada para los jugadores, una puerta de salida triunfal, unos palcos, lugares desde los que se dan instrucciones, gradas escalonadas, vomitorios...¡esto no es más que el Bernabéu o Mestalla de la época!

Emerita Augusta, en Mérida a gusto

Si me veis, estoy saliendo como las fieras. Arrr!

Junto al anfiteatro está el teatro, aunque algo me dice que el pueblo romano prefería los juegos y el circo. Sin embargo, el teatro no puede ser más espectacular y nos da una idea de la importancia que, en este caso el Imperio, le daba a la cultura. El teatro incluso en la actualidad se usa para representaciones teatrales y conciertos, lo que supone un marco incomparable para disfrutar de una obra dramática.
Emerita Augusta, en Mérida a gusto

Y después de lo cansado toca disfrutar. Como en buena tierra de jamón y queso estamos, una buena torta del casar y un plato de jamón sirven para poder continuar hasta Córdoba

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