El 26 de noviembre de 2007 en la Asamblea General de Naciones Unidas se declara el 20 de febrero como el Día Mundial de la Justicia Social. Marcando esta fecha invitan a todos los Estados Miembros a que dediquen este día a concienciar a la población y promover actividades enfocadas a afrontar los problemas de la pobreza, el desempleo y la integración social.
El mundo evoluciona y crece muy rápidamente. Por eso es necesario que aprendamos a adaptarnos a estos cambios sin excluir a nadie. La justicia social va un paso más allá de lo que entendemos por justicia, promoviendo el reparto y acceso equitativo de bienes y servicios para todos.
Nuestro mundo globalizado es cada vez más rico, está más conectado y lleno de oportunidades. Sentimos que estamos en un mundo desarrollado y que nuestro nivel de vida ha mejorado. Pero no para todos.
La desigualdad creciente
Al mismo tiempo que experimentamos las ventajas de la tecnología y el crecimiento económico, persisten grandes problemas como la pobreza, las consecuencias de las graves crisis financieras, el hambre, la inseguridad o la exclusión. Es decir, con el crecimiento económico y la globalización también ha crecido la desigualdad.
Es el caso también de España. A pesar del crecimiento económico que registramos, el relator de la ONU Philip Alston, ha venido a nuestro país para conocer el estado de la pobreza. Y sus conclusionies son que el Estado "está fallando" a los más vulnerables y "no se toma en serio" los derechos sociales. Una vez más, la riqueza siempre llega a los mismo, y el desempleo, la pobreza o la dificultad de acceso a la vivienda, siguen siendo problemas graves pendientes de solventar.
Queda patente que los derechos humanos no están garantizados para los más vulnerables. Por eso la comunidad internacional pone el foco en la erradicación de la pobreza y la desigualdad, a través del trabajo decente y el acceso equitativo al bienestar social. La comunidad internacional, los gobiernos de las naciones, los agentes sociales, las empresas, la cooperación al desarrollo y cada uno de nosotros de manera individual, tenemos que seguir persiguiendo en nuestro ámbito la justicia social, facilitando el crecimiento sostenible y en paz de todos los pueblos.
Fijar metas
La búsqueda de la justicia social está estrechamente vinculada a la Agenda 2030 que marca 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible, y que tienen el objetivo de mejorar la vida de todos sin dejar a nadie atrás.
Sin ir más lejos, el objetivo número 1 se propone acabar con la pobreza, dentro del cual proponen objetivos como trabajar para eliminar la pobreza extrema, o poner en marcha medidas de protección social para los más vulnerables.
Como este primero, la agenda señala otras cuestiones sobre las que trabajar como la erradicación del hambre, la protección de la salud, el acceso de todos a la educación, al agua, a la energía sostenible, al trabajo decente, la recuperación del medio ambiente o la paz.
Son grandes objetivos, difíciles de alcanzar, pero sólo con la colaboración de todos podremos seguir avanzando hacia un mundo más equilibrado, con menos desigualdad y más justicia social. Porque todos queremos una vida en paz, pero para que esto se dé, es necesario que todas las personas del planeta tengan acceso a esa prosperidad.
Imagen: Global Humanitaria