"Un seul être vous manque, et tout est dépeuplé!" (Lamartine)
Una imagen que siempre me viene a la cabeza es la de hermanita cuando la llevaba al colegio y poco antes de la valla me decía adios y se convertía en un ser independiente dispuesta a enfrentarse al mundo. La veía avanzar sola, con su lazo blanco en su pelo rubio y su mochila de peluche, un oso panda, a su espalda. Verla tan pequeña y con esa decisión era una sensación extraña, una mezcla de orgullo y de instinto de protección.
Hermanita comparte con la Señora muchos rasgos de personalidad, es una líder nata que desde siempre ha tenido las cosas muy claras y con la que la mejor manera de discutir es razonar. Muchos recién nacidos ya dan idea de su temperamento y ella no ofreció dudas, desde bebé se la veía venir y con sus primeras palabras, a la tierna edad de 9 meses, nos mandó callar a todos. Nunca pasaba desapercibida. Su aspecto, su seguridad en sí misma, su carácter fuerte y positivo, su sentido común y su inteligencia hacían que fuese difícil resistirse a su encanto. No solo tenía facilidad para hacer amigos, sino que ha mantenido esas amistades en el tiempo, y sus amigas de toda la vida han estado ahí en los momentos buenos y malos, y ahora, cuando más las necesita, son un gran apoyo.
Por desgracia, su vida perfecta se desmoronó hace unos meses de forma dramática. A pesar de estar rota, buscó el modo de fabricarse una coraza para que su fragilidad no fuese evidente para el mundo. Al igual que la Señora, necesita dar una imagen de entereza, aunque apenas les quede ánimo para ello; esa fachada les da la intimidad necesaria para recomponer los pedazos que ocultan debajo. El dolor es algo privado, tan excesivo y profundo que no se puede sacar y compartir así como así. En este tiempo he revivido con frecuencia las sensaciones del pasado, el instinto de protección vuelve a estar ahí, el mismo que cuando la veía alejarse para entrar sola en el cole, pero también está ahí ese empuje casi arrollador que siempre la ha caracterizado y que, al igual que a la Señora, la impulsa a superarse y crecer como persona. Ojalá sus ojos vuelvan pronto a brillar de felicidad.