Revista Ciencia
El emú, que es después del avestruz la segunda ave más grande del mundo, posee un curioso plumaje. Sus plumas, bífidas, parecen pelos más que verdaderas plumas. No podría decirse que el emú es bello, porque no es verdad. En otro tiempo, existían varias especies de emús, que habitaban en Australia, en la isla de los Canguros y en Tasmania. Desde la llegada de los primeros colonizadores europeos, estas grandes aves inofensivas e incapaces de volar han sido exterminadas sin piedad, por su carne comestible. Han sufrido el mismo trágico destino que las gigantestas moas de Nueva Zelanda, exterminadas por los maoríes llegados de Polinesia. El único superviviente actual es el emú común, que vive todavía en cantidades apreciadles en todas las estepas espinosas australianas. Ha faltado poco para que desapareciera él también, pues a principios de siglo los ovejeros los mataban, con el pretexto de que se comía la hierba y dificultaba el engorde de los corderos. Sólo en dos años, y únicamente en el Estado de Queensland, cerca de 130.000 emús y 110.000 huevos fueron destruidos. En 1932, el gobierno australiano incluso entró en guerra oficial contra esta ave, que el ejército intentó exterminar con ametralladoras y piezas de artillería. Actualmente el emú está protegido y su supervivencia está asegurada. El emú es nómada y recorre la sabana en pequeños grupos. A veces, varios grupos se asocian en una banda numerosa, especialmente cuando el pasto es abundante, con proximidad de agua. Entre estas aves, es el macho quien incuba los huevos. El nido no es más que un agujero protegido por un matorral.Grupo: VertebradosClase: AvesOrden: CasuariformesFamilia: DromiceídosGénero y especie: Dromaius novaehollandiae (Emú)
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