-Comprar cosas que después no utilizaré y que, con el tiempo, olvidaré que ya tengo.
-Olvidar que hace no mucho decidí no volver a confiar en los políticos.
-Atender un sólo instante a lo que diga cualquier energúmeno de la ultraderecha.
-Mantenerme templado ante las injusticias.
-Perder el tiempo.
-Hacer ciertas cosas como gustan a los demás y no como yo crea oportuno.
-Ver Telecinco y sus teles 'amigas'.
-Dar pasto a los marrulleros.
-Hablar con nadie que antes no me haya saludado.
-Casarme sin invitar como mínimo a doscientas personas.
-Desollarme la piel ¡ay! con el borde de una piscina.
-Pronunciarme acerca de evidentes parecidos físicos de un bebé en presencia de su abuela.
Hay mucho más, claro, aunque preferiré atreverme, enfrentar y afrontar, emprender y, por supuesto, resistir.