Revista Cocina
Según la RAE la palabra suegra tiene varios significados entre ellos, la palabra suegra denomina a la madre del cónyuge de una persona. Pero también es la parte de la rosca del pan, que corresponde a los extremos del rollo de masa y suele ser lo más delgado y cocido.Mi suegra, es así….la madre de mi marido, como se suele decir, es un trozo de pan. Es una bellísima, dulce y cariñosa persona; siempre suelo decir que mi madre murió hace muchos años, nadie la puede sustituir, pero he tenido la suerte de tenerla a ella, a mi suegra Paquita.
Con sus 83 años, aún se siente joven, dinámica, alegre a pesar de los duros años que le tocó vivir, coqueta, alegre y una gran cocinera que atesora los conocimientos de aquellas cocinas de antaño, hecha con mimo y sin los medios que hoy en día tenemos.
Sus manos doloridas por el paso del tiempo y una dura enfermedad, aún preparan como nadie sus deliciosas “cocletas”, ése delicioso bocado que llevan dentro todo un cocido entero, desestructurado como si se tratara de la masa de grandes chefs de la alta cocina.
Y es que tengo que reconocer que sus “cocletas” son las mejores y llegan a “Mi Cocina” ya listas para freir; las hace casi en cantidades industriales para que sus hijos aún las disfruten.
Llega a mi cocina con sus croquetas y con todos los “avíos” para preparar un en blanco…porque el abuelo dice que también su “en blanquito” es especial. Así que sigo sus pasos, la dejo hacer o mejor dicho….la dejo que me enseñe y preparamos el en blanco a su estilo, a su forma.
No me costó mucho convencerla para que sin que lo supiera el abuelo le añadiéramos más sustancias, espinas de rosada para hacer el caldo, aprovechando la carne pegada a las raspas; e incluso un trozo de zanahoria para el plato de mi niña, para que su en blanquito tuviese más consistencia. ¡¡ En fin, hay que cocinar a gusto de todos !!
También quedará en "Mi Cocina" su estilo, sin dejar atrás los en blancos tal y como mi madre los hacía…casi, casi igual, pero bien dice el refrán que “Cada maestrillo, tiene su librillo”.
Y así es como hacía mis mayores el dejureles Pinchando en ESTE enlace encontrarán la receta
El de pescada o pescadilla(AQUI tienen la receta)
O el de rosada, al que le añado zanahoria y arroz, tal y como prescriben los pediatras e incluso para las personas mayores (EN ESTE enlace tienen la receta) (o pinchando en ESTE encontrarán otra receta de en blanco malagueño)
O si más gustan háganlo con bacalao, con rubio…o con el pescado que apetezcan.
Pero vamos al de mi dulce y querida suegra que más que un “en blanco” creerán que es un gazpachuelo por el increíble caldo que le suele salir: blanco, espeso, riquísimo…...nada más tienen que ver como hace "chup chup" el caldo mientras se cocina.
¿Cómo lo hicimos?
Ingredientes para dos personas:
Dos patatas medianas, un tomate, un pimiento verde, medio vaso pequeño de aceite de oliva virgen extra, media cebolla blanca dulce, una hoja de laurel, una zanahoria pequeña, un diente de ajo, dos trozos de merluza, 4 ó 5 espinas de rosada (las suelo congelar cada vez que compro rosada para realizar una base de caldo de pescado para cualquier receta que lo necesite), 2 litros de agua, un limón y sal.
Los pasos a seguir:
Lavar el tomate y el pimiento (retirándole las semillas).Pelar las patatas, la cebolla, el diente de ajo y la zanahoria.
En una cacerola echar el agua junto con las espinas de la rosada, llevar a ebullición y dejar cocer unos cinco minutos, espumereando las veces que sea necesario.
Sacar las espinas y colar el caldo volviéndolo a echar en la cacerola.
Echar en el caldo el tomate entero, el pimiento, el ajo, la cebolla cortada por la mitad y una de las dos patatas cortada en cascos. Llevar a ebullición y dejar cocer hasta que las patatas estén tiernas.
Mientras con sumo cuidado a fin de que queden espinas, desmigar las raspas, reservando la carne. Las espinas ya se pueden tirar....¡¡ A que le hemos sacado provecho !!
Sacar las patatas con un poco de caldo y pasarlas al vaso de la “minipimer” junto con el aceite de oliva virgen extra y la carne de la rosada (desmenuzando una vez más para comprobar que no quede ni una espina) haciéndolo un puré.
Echarlo en la cacerola llevando nuevamente a ebullición, añadiendo a continuación la patata que habíamos reservado cortada en rodajas y la hoja de laurel. En éste momento, incorporar la zanahoria. Dejar hervir hasta comprobar que las patatas están tiernas.Probar de sal y rectificar si fuese necesario.
Ahora es cuando se debe añadir las rodajas de merluza dándole un hervor de unos tres o cuatro minutos (va en función del grosor del pescado), apartar del fuego y servir.
Con o sin zanahoria, con o sin el tomate, cebolla o el pimiento (cuestión de gustos) pero un caldo donde va toda la sustancia de la rosada dando lugar a un en blanco muy simple, pero delicioso.
Aconsejo regar con un buen chorreón de zumo de limón.
¡¡ Buen provecho !!