La región de Orión es un lugar donde nacen estrellas y planetas, por eso a la vista de los telescopios aparece lleno de nubes interestelares y polvo cósmico. Tanto es así que a la vista de estos telescopios las nubes aparecen oscuras y casi negras. Pero cuando son observadas por otro tipo de telescopios aparecen zonas brillantes de gas en el polvo cósmico revelando los lugares escondidos a simple vista donde nacen y se forman nuevas estrellas.
Cuando observamos las densas nubes cósmicas de gas y polvo del espacio donde nacen nuevas estrellas mediante un telescopio de luz visible no se observa casi nada. Hay tanto material cósmico que estas nubes son muy densas y casi opacas, es decir, no dejan ver la luz que hay detrás de ellas. Y esta luz proviene de las nuevas estrellas que se estan formando. De esta manera un lugar del espacio en formación de nuevas estrellas nos aparece oscuro y vacío, com si existiera un agujero.
El observatorio APEX en Chile tiene precisamente la solución, observando la luz que proviene de estos “agujeros” en una longitud de onda submilimétrica consigue observar la luz de las estrellas escondidas que se filtra a traves de los granos de polvo de las nubes cósmicas. La idea es muy simple, la luz visible tiene una longitud de onda mayor que la separación que existe entre estas partículas (mas o menos, la explicación real es algo más complicado) de manera que cuando choca con las partículas de polvo de la nube se dispersan, disminuyendo su intensidad y no llega casi nada a la Tierra. En cambio las longitudes de onda menores pueden abrirse camino entre los espacios vacíos de las partículas de polvo y llegar hasta nuestros telescopios
Uno de los lugares donde aparecen estas nubes es en la constelación de Orión, 1500 años luz de distancia de la Tierra. Las nuevas imágenes muestran zonas brillantes de color naranja donde antes aparecían nubes oscuras, mostrando claramente las zonas de nacimiento de nuevas estrellas.
En la siguiente imagen realizada por el Telescopio Espacial Hubble en 1999 aparece la nebulosa NGC 1999, donde en el visible aparece en color azul debido a la reflexión de la luz procedente de las estrellas en las nubes de polvo. La mayor de estas estrellas es V380 Orionis que aparece en la imagen. Su temperatura superficial es de 10.000 grados y casi el doble de tamaño que nuestro Sol pero con una masa 3,5 veces superior.
No cabe duda de que se esta abriendo la luz de las nuevas estrellas de la galaxia.