Muchas de las preciosas obras de arte sobre mamutes nos presentan animales viviendo en planicies gélidas del frío norte de la era de hielo. Si bien, existieron muchas especies de mamut y no todas eran de climas fríos, el mamut lanudo es quizá el más icónico de los mamutes. A pesar de todo ello, poco se sabía sobre la composición y evolución de estos ecosistemas, particularmente de su flora.
Mammuthus primigenius por el artista Sergei Kanev.
Recientemente se publicó un trabajo colosal, tanto por su significado como por su esfuerzo (razón por la cual la lista de autores suma 49 personas). Este estudio nos presenta 50,000 años de historia de la vegetación ártica mediante una técnica no muy convencional, el estudio del ADN metagenómico antiguo, además del estudio de la megafauna asociada a aquel ambiente.
Ejemplo del uso de metagenómica para observar la evolución de la diversidad. Imagen modificada de SpyGen®.
Como resultado, los investigadores nos presentan que durante la mayor parte de esos 50,000 años, la vegetación estaba compuesta de plantas herbáceas no gramíneas y que durante el último máximo glacial, acaecido entre hace 25 y 15 mil años, las herbáceas de este tipo declinaron para permitir el ingreso de pastizales donde aparecían por primera vez las gramíneas. Esto permite saber que la típica imagen de tundra con pastos es equivocada y que en su lugar reinaron las plantas herbáceas no gramíneas.
Tundra en Sydkap, al este de Groenlandia, un paisaje que concuerda con lo que sabemos del hábitat de la megafauna ártica. Fotografía de Hannes Grobe.
Este avance permitirá en su tiempo dilucidar si estos cambios en la estructura de la vegetación terminaron por presionar demasiado a las comunidades de megaherbívoros terminando en su extinción.
FUENTE:
Willerslev, E., Davison, J., Moora, M., Zobel, M., Coissac, E., Edwards, M. E., ... & Taberlet, P. (2014). Fifty thousand years of Arctic vegetation and megafaunal diet. Nature, 506(7486), 47-51.