Encadenamiento: aprender paso a paso

Hoy vamos a aprender cómo lograr que nuestros hijos desarrollen sus habilidades, y además que consigan disfrutar con ello. Si eres padre o madre, seguro que alguna vez te has cansado de tener que hacerle casi todas las cosas a tu hijo/a. Quizá no quieran hacer su cama, recoger sus juguetes, bañarse solos, etc. Entre los motivos por lo que esto sucede encontramos algunos como no estar acostumbrados a hacer estas cosas, resultarles difícil o simplemente no gustarles.

Con la técnica del encadenamiento, vamos a conseguir que nuestros hijos aprendan a hacer tareas que en un principio pudiera parecerles complicadas. Dicha técnica consistiría en la división de estás prácticas en unidades más simples, de manera que el pequeño fuese capaz de aprenderlas paso a paso. Pongamos un par de ejemplos:

Si queremos que nuestro hijo aprenda a poner la mesa, podemos animarle primero a que coloque las servilletas. Así, nosotros terminaríamos de ponerla y el pequeño estaría observándonos. Al día siguiente, su función sería por ejemplo poner las servilletas y los vasos. Y así sucesivamente.

Otro ejemplo. Nos gustaría enseñarle a hacer una tarta, tarea que en un principio pudiese parecer algo compleja. Para hacerlo, seguiremos el mismo procedimiento. La primera vez le dejaríamos que vertiese la leche, al día siguiente la leche y el azúcar, y así hasta completar todos los pasos.

Lo bueno de esta técnica es que no se basa en la simple observación de un modelo, sino que el niño es partícipe de la tarea, haciéndola él mismo y aprendiendo cómo. Una variante sería el encadenamiento hacia atrás, que se haría exactamente de la misma forma pero enseñando primero los últimos pasos, de forma que se empiece por completar la tarea.

Aunque aquí se ha expuesto en el caso de los más pequeños, cabe recordar que esta práctica puede utilizarse con cualquier persona. Por ejemplo, disminuidos físicos/psíquicos, ancianos o personas con baja autoestima podrían beneficiarse enormemente de ella.