Segunda degustación de las jornadas de Encuentros con el Vino. Esta vez hemos elegido el restaurante Mesón de la Costa, basándonos principalmente en los vinos que presentaba el menú, y en lo apetitoso que, a priori, sonaban algunos platos. De entrada dos detalles, la simpatía y desenfado de los camareros, y la barra de pan entera en la mesa, acompañada de una sobrasada muy buena.
Primer entrante, uno de los platos que nada más verlos en el menú, nos hizo salivar. Vieiras gallegas con virutas de Joselito. Buena mezcla de vieiras, no muy grandes pero si muy jugosas y sabrosas, con un sofrito de cebolla y unas virutitas de esa delicia que es el jamón Joselito. Muy muy buenas. El vino fue un Javier Sanz Villa Narcisa Verdejo (DO Rueda. 100% Verdejo. Javier Sanz Viticultor). Amarillo pálido con algunos reflejos verdosos. Aromas muy agradables de pera y hierba cortada, con algo de cítricos. En boca bastante neutro, fresco y frutal. No soy un entusiasta de los verdejos, pero este no estuvo mal.
El segundo entrante fueron unas Colas de gamba roja con ajos de las Pedroñeras y huevo frito de las gallinas de “Pepe”. Gambas, guindilla, ajos tostados, huevo...una delicia de plato. El ajo y el huevo pedían algo que limpiase la boca y la preparase para el siguiente envite, y de eso se encargó un Ática Pinot Noir Brut Rosé (DO Cava. 100% Pinot Noir. Parató Vinícola). Precioso color frambuesa con matices cereza. Nariz floja, sobre todo frutal, y paso por boca alegre, carbónico bien integrado, refrescante, con un punto tánico de la Pinot. Cumplió muy bien su cometido.
Siguiente entrada, Escalopín de foie sobre compota de melocotón y crujiente de galleta de manzana. Buen foie a la plancha, con una lámina delgada de manzana tostada y crujiente muy rica. El maridaje en este caso fue sorprendente, un Bestheim Riesling Reserve (AOC Alsace. 100% Riesling. Bestheim). Amarillo pálido, reflejos verdosos. Intensidad media, destacando caucho y fruta de hueso. Seco, con buena acidez, se entendió a las mil maravillas con el foie. Es el primer Riesling de Alsacia que pruebo, esperaba más, pero no estuvo mal.
Último entrante, Enredo de fettuccini y setas de temporada. El otoño tiene que notarse, y este plato estaba muy bueno; bien condimentado y respetando el sabor de las setas. Sorpresa de la jornada, el Palacio de Sada Rosado (DO Navarra. 100% Garnacha. Bodega de Sada). Hermoso color frambuesa con delicados matices violáceos y azulados. Aromas intensos a frutas rojas (fresa, frambuesa) y un mínimo toque especiado al fondo. Paso por boca fresco, goloso, un punto dulzón. Muy buen rosado.
Primer plato, un contundente Taco de merluza con tomate frito de la “Abuela Lola” y ñoricas de Guardamar. Buena merluza, exquisito tomate frito (pelín salado) y ricas ñoras. Un reto al que se enfrentó, y salió bien parado, el Heretat Vall-Ventos Sauvignon Blanc (DO Penedés. 100% Sauvignon Blanc. J. Raventós Rosell). Amarillo dorado, reflejos dorados brillantes. Aromas curiosos y nuevos para mí, con cítricos, piña, flores blancas. Fresco y equilibrado, aguantó el tipo ante la fuerza del tomate y las ñoras.
El plato principal, cuando ya nuestros estómagos pedían tregua, fue una Paletilla de cochinillo lechal al horno con sus patatas. Crujiente, jugosa, riquísima. Unas patatas que tenían un punto simplemente perfecto. La compañía fue quizá el mejor vino del día, un Silvanus Crianza (DO Ribera del Duero. 100% Tinta del país. Asenjo & Manso). Bonito rojo picota bien cubierto, ribetes violáceos. Buena intensidad, con mucha fruta roja madura en primer plano, apareciendo luego vainilla, cacao y ahumados. En boca es robusto, con buena acidez y unos taninos suaves, destacándose las maderas. Excelente Ribera, donde el roble aún no le ha ganado totalmente la batalla a la fruta.
Fin de fiesta con una Fusión de turrón, café y chocolate con almendras tostadas. Otra delicia del día, batido de turrón, con café al fondo, chocolate flotando y salpicado de almendras. Seguro que era pecado o delito. Se llevó bien con una copita de Don P.X. (DO Montilla Moriles. 100% Pedro Ximénez. Toro Albalá). De color ámbar brillante, intensos aromas a pasas y miel. Goloso y muy largo. Un PX joven que es uno de mis favoritos.
Fuera de programa, José Mota, sumiller y encantadora persona que nos atendió a lo largo de la comida, presentándonos y explicándonos platos y vinos, nos preparó un exquisito gin tonic de Citadelle Gin con tónica Fever Tree. Una suave y aromática ginebra francesa elaborada con 19 especias (entre ellas almendras españolas) y una refrescante tónica india, sin sabores ni aromas artificiales. Un detalle la preparación de la copa, con virutas de corteza de lima y el hielo justo. Luego del digestivo gin tonic, nos enseñó la bonita y bien surtida bodega del restaurante. Dos plantas, con barra, sitio para organizar catas, y un reservado con sofás y mesa de centro que invitaba a quedarse horas. De lo excelentemente surtida que estaba no voy a decir nada, que se me humedecen los ojos.
En fin, nos dijeron que el menú del Mesón de la Costa era espectacular, pero no que íbamos a comer tanto y tan bien, que nos iban a tratar de forma tan agradable, y que se nos iban a pasar más de tres horas en un suspiro.