Enganchado a la vida

Tengo motivos suficientes para engancharme de nuevo a la vida, un saco rebosante de bastantes razones para retomar Mi Camino de Vida con optimismo y disfrutar de la experiencia de una nueva aventura.

Mi principal motor es mi hija, que me está regalando desinteresadamente todo un arsenal de enseñanzas, que demuestran que la vida, bien merece la pena disfrutarla. Su inocencia es infinita, no esta manchada del sopor que desprendemos los mayores, me seduce cada vez que me sonríe, cada vez que pronuncia “Papa”  me insufla Vida, no tiene precio.

Es ella la que me enseña, y no al revés. Soy yo el que he vuelto a nacer y descubrir  que todo vuelve a tener sentido y que la responsabilidad que tengo, bien merece un esfuerzo eterno que ha de durar hasta mi último soplo de vida.

Disfruto de cada juego, cada segundo a su lado  transcurre tan deprisa, que  me gustaría ser dueño del tiempo y detenerlo. Pero eso, no me impide del gozo de su compañía, sus ojos diáfanos me embelesan, su rubia cabellera enrizada, exige de una nueva habilidad para hacer de peluquero y construir coletas imposibles.

Me transformo en caballo, para saciar sus aventuras de vaqueros, hago de colchoneta humana, para disfrutar de sus acrobacias circenses, me convierto en cantautor improvisado, creando canciones inventadas que rimen y sean audibles. Garabateamos  con mil lapiceros, trazos que  describen paisajes llenos de felicidad, que guardo a buen recaudo. Hago de Chef con estrella “Michelín”, improvisando recetas saludables para su continuo crecimiento. Fotógrafo profesional, que paciente, espero la pose idónea de mi musa para la foto perfecta.

Toca improvisar, jugar hasta saciarme, ser cómplice de su entusiasmo, vivir cada instante como único e irrepetible, colmar su infinita sed de disfrute, atiborrarme de su amor incondicional, recompensar su confianza devolviéndole seguridad. Estoy eufórico de su existencia, feliz por las pequeñas cosas que en cada visita me regala.

Doy gracias, mil millones de gracias, por este regalo que me ha hecho la vida, por esta personita que me hace ver y gozar las cosas con otra perspectiva.

Ahora me engancho al carrusel de la Vida, con un fervor ilimitado, dando valor a cada instante, consciente, que cada paso es vital para continuar creciendo como ser humano y hacerme mejor persona y un buen padre para este ser tan especial.