Engordo comiendo lo mismo!

¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase o incluso la hemos pensado nosotros mismos? es bastante frecuente que siguiendo los mismos hábitos de siempre de pronto engordes. A mi me pasó al ir a la universidad, el primer año engordé unos 7 o 8 kilos y yo pensaba no puede ser, como lo mismo. Lo más habitual es poner excusas o culpas externas pero si analizas bien la situación es probable que si hayas hecho cambios sutiles. En mi caso fueron varios y el más importante en mi opinión fue que empecé a cocinar por mi misma y ¿qué pasó? pues primero de todo que no dominaba las cantidades y me cocinaba mucho, por consecuencia comía platos mas grandes. También optaba por platos rápidos de preparar o directamente comprar comida hecha y estos alimentos son de lo que más engordan. 
En la universidad también es típico ir a hacer la cervecita con los compañeros, beber el jueves (noche universitaria) y todo este alcohol que ahora tomas y antes no tomabas por supuesto repercute en tu peso. 
El estrés de los exámenes y trabajos también puede hacer que sientas mas ganas de comer y por tanto que engordes. 
También puede ser que antes de la universidad disponías de más tiempo para hacer ejercicio o no pasabas tantas horas sentado. Esto también se puede aplicar a otros ámbitos, como por ejemplo empezar a engordar al comenzar un trabajo tipo de oficina. 
Por lo contrario puede ser que realmente engordes sin motivo asociado al estilo de vida y alimentación. Si has analizado bien tu conducta y no encuentras respuestas a tu aumento de peso puedes plantearte que hay algo detrás que lo está causando, por eso es recomendable ir al médico a hacer una revisión y asegurarse de que está todo bien.
Detrás del engordar sin motivo podemos encontrar varias causas, entre ellas el hipotiroidismo. Esta enfermedad es provocada por un malfuncionamiento de la glándula tiroides, la cual empieza a fabricar menos hormona tiroidea, encargada de las reacciones metabólicas entre otras cosas. Cuando la producción de esta hormona decae el metabolismo se vuelve más lento haciendo que quemes menos calorías. Esta enfermedad suele ir acompañada de cansancio, apatía, caída del pelo, uñas frágiles y estreñimiento. Con un análisis de sangre es posible detectar esta enfermedad y con el respectivo tratamiento se puede estabilizar. 

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Hay otros desequilibrios hormonales que también pueden producir aumento de peso, entre ellos el síndrome de cushing donde hay un desequilibro del cortisol sintetizado por las glándulas suprarrenales, cuya enfermedad tiene unos síntomas muy típicos: cara redonda, más vello de lo habitual, grasa abdominal, extremidades delgadas, chepa... 
Otra razón por el aumento de peso es el uso de medicamentos. Los más importantes son los corticoesteroides, fármacos para trastornos mentales como la esquizofrenia o depresión y en algunos casos los anticonceptivos orales. La menopausia también puede hacer que ganes unos kilos igual que dejar de fumar. 
Por último puede ser que engordemos por retención de líquidos, que entre otras causas puede ser producido por insuficiencia renal o cardíaca. 
Si no encuentras la causa a tu aumento de peso repentino es aconsejable ir al médico para hacer una valoración nutricional y un análisis de hormonas en sangre.