Comentario previo:
La verdad es que no me gustan los nombres tan largos para los platos que realizo. Pero, ¿a ver cómo lo llamaba? Es bastante descriptivo, aunque no hago mención a los canónigos o a la cebolla ecológica, que también forman parte de la elaboración.Se trata de un plato a mitad de camino entre un guiso y una ensalada. Me importa, sobre todo, la manera de preparar las lentejas y la utilización de queso crema vegano para hacer salsa ligera, pero sabrosa. Las elaboración de las lentejas recuerda al procedimiento que se sigue para preparar el arroz en un risotto. Se saltean las lentejas y luego se va añadiendo caldo hasta que están preparadas. En este caso no hay que remover demasiado las lentejas, ya que se pueden ir deshaciendo y eso no nos interesa. La lenteja roja (o lenteja pelada) es sustancialmente más pequeña que la lenteja común. Incluso más pequeña que la lenteja pardina, pero con un color anaranjado (¡ya sé que la llaman roja, pero el color es naranja!). Al ser tan pequeña y tierna se cuece sin hacer falta pasarla por un remojo previo y en sólo unos 20 minutos. Lo de hacerla añadiendo poco a poco el caldo vegetal es una manera de que termine la cocción estando jugosa, pero no caldosa y sin necesidad de escurrir el agua, de forma que queda todo el sabor en la lenteja sin que se vaya nada al fregadero con el agua.
Seguro que esta ensalada también puede funcionar en frío. Pero estamos todavía en pleno invierno y seguro que apetece más comerla templadica.
La complicación radica en tener estas lentejas rojas, que ya se venden en cualquier supermercado, y disponer del queso crema vegano. Pero seguro que las puedes hacer con una lentejas normales (la cocción será diferente, eso sí) y con el queso crema que tengas más a mano. La cosa es echarle ingenio y preparar ensaladas que se salgan de lo común, para disfrutar de más variedad en la mesa.
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