Revista Arte

Entrada sólo para locos, cuesta la razón

Por Raquelcascales @rcascales

"La mayor parte de los hombres no quieren nadar antes de saber ¿no es esto espiritual? y no quieren nadar, ¡naturalmente! Han nacido para la tierra, no para el agua y, naturalmente, no quieren pensar, como que han sido creados para la vida no para pensar. Claro y el que piensa, el que hace del pensar lo principal ese podrá acaso llegar muy lejos en esto, pero ese precisamente ha confundido el agua con la tierra, y tarde o temprano se ahogara."Harry Haller en Steppenwolf de Herman Hesse.
Entrada sólo para locos, cuesta la razón
El lobo estepario es una vuelta en noria, si consigues dar la mano a Harry, el protagonista, subirás a lo más alto, encontrarás una naturaleza sublimada por la cultura más exquisita, por los razonamientos más espirituales del hombre. Pero, ¿hacia dónde conduce tanto saber, tanto conocimiento, tanto discernimiento si está falto de vida? Y una vez arriba, lo propio de la noria es descender lentamente. Sólo que en este caso el viaje te lleva más allá de tus pies, hacia el mundo sombrío y caótico de los instintos. ¿Hay más vida "aquí" que allí? ¿Más amor, más felicidad acaso?  La búsqueda insatisfecha (pues sólo los burgueses, y todos lo somos un poco, están satisfechos) del sentido de la vida y de saber realmente quién es uno puede costar la razón. Pero en este libro los locos son genios y, con ella, con su locura, completan la psicología defectuosa del equilibrio mundial. La moraleja, dicho con la ironía propia de todo el libro, que se desliza al final es: para vivir es necesario aprender a no tomarse demasiado en serio la vida, empezando por reírse de uno mismo.  Con todo, su lectura resulta una maravillosa reflexión acerca del hombre contemporáneo, una invitación a descubrir el burgués y el lobo que todos llevamos dentro; un dulce paseo con vistas al infierno.

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