Revista Expatriados
En 1950 UMNO decidió cuidar su flanco islámico que lo tenía un poco desatendido y en febrero convocó una conferencia de ulemas en Johor, en la que se creó la Asociación de Ulemas de Malasia (PUM- Persatuan Ulama se-Malaya). A una segunda conferencia que organizó al año siguiente invitó incluso a personas que habían estado vinculadas al Hizbul Muslimin. La experiencia le salió rana al UMNO: en lugar de atraerse a los políticos islámicos de fuera, lo que acabó ocurriendo fue que la facción religiosa del partido se le escindió en agosto de 1951 y formó la Asociación Pan-Malaya Islámica (PMIA según sus siglas en inglés).La PMIA enarboló las banderas de la defensa de la etnia malaya y del Islam. Con respecto a la primera, afirmó que la UMNO había hecho demasiadas concesiones a los no-malayos. Sobre todo criticó que se les hubiese concedido la ciudadanía y el derecho de voto sobre la sola base del ius soli, que no se estableciese constitucionalmente una reserva de puestos para los malayos y que no se estableciesen cortapisas a las actividades económicas de los malayos. En cuanto al Islam, la PMIA defendió posturas muy militantes: difusión del árabe; establecimiento del Corán y la sunnah como fuentes de la Ley; establecimiento de una sociedad y un gobierno basados en los principios islámicos, lo que se conseguiría mediante el proselitismo y la introducción de valores religiosos en la educación, la economía, la política y la sociedad… La PMIA también atacó las políticas económicas de la UMNO, porque privilegiaban a la élite y desprotegían a las comunidades rurales, donde la PMIA tenía sus bases. Pero no nos engañemos, la PMIA podía sonar muy radical, pero era pragmática y estaba dispuesta a colaborar con cualquier formación, a condición que su ideología y actuación no fuese contra los principios del Islam. Ese pragmatismo táctico se convertiría en una constante de su sucesor, el PAS.Inicialmente la PMIA tenía su feudo en la costa occidental de la Malasia peninsular. Pero a partir de 1953 empezó a instalarse en el noreste del país, en Terengganu y Kelantan, donde los islamistas han sido fuertes hasta el día de hoy. Elementos clave en su difusión fueron su red de escuelas-internados (pondok), las mezquitas y las sesiones de diálogo político-religioso (ceramah) que organizaba en los pueblos y ciudades pequeñas. La PMIA cambió su nombre por el de Partido Islámico Pan-Malayo (PAS- Parti Islam Se-Malaysia) para concurrir a las elecciones federales de 1955. El PAS escogió como bandera electoral la defensa de los malayos y de Islam y la necesidad de integrar los valores del Islam en la sociedad y la Administración. Frente a algunos de sus miembros que abogaban por la instauración inmediata del Estado islámico, la postura que prevaleció fue que al Estado islámico había de llegarse gradualmente y previa una acción didáctica con la población.El PAS encontró dos grandes dificultades. La primera fue diferenciarse netamente de UMNO, que también incluía en su programa la defensa de los malayos y del Islam. La segunda fue cohesionar a la turbamulta de gentes que habían acabado en el PAS: socialistas, nacionalistas islámicos, ex-miembros desencantados de UMNO, ulemas tradicionales, campesinos… Teniendo menos recursos e implantación que UMNO, el PAS decidió concentrar sus esfuerzos allí donde era fuerte. Se presentó en once distritos y consiguió 40.667 votos, el 3,9% de los sufragios, y un solo diputado. Los resultados quedaron muy por debajo de sus expectativas. Tras el varapalo, el PAS decidió cambiar su liderazgo y Burhanuddin Al-Helmy que había conservado su prestigio intacto fue invitado a colocarse al frente de la formación. La gran baza de Al-Helmy era que sabía tocar todos los palos: curtido en la lucha anti-colonial, nacionalista, aunque defensor de un nacionalismo universalista compatible con el Islam (aunque no sé si tan compatible con la coherencia de los términos), reformista, algo socialista, malayista… Es difícil describir el pensamiento de Al-Helmy, para unos lo que predominaba en él era el político islamista y para otros el nacionalista malayo. Su modelo era el indonesio Sukarno, pero las condiciones de Malasia impidieron que triunfase el pequeño populista iluminado que llevaba dentro. Al-Helmy supuso un revulsivo para el PAS. El partido concurrió a las elecciones de 1959 con una plataforma que conjugaba Islam, nacionalismo malayo y reformismo social. Presentó 58 candidatos y fue el segundo partido más votado: 329.000 votos, el 21% del electorado, pero sin embargo sólo 13 de los 104 escaños del Parlamento. El UMNO supo contrarrestar el ascenso en popularidad del PAS. Por un lado jugó con habilidad con los fondos para el desarrollo local y evitó que pudiese hacerse con el gobierno de ningún estado. Por otro, aprovechó la “konfrontasi” lanzada por el indonesio Sukarno para crear la Gran Malasia, para poner en duda en nacionalismo malasio del PAS. Los antecedentes de Al-Helmy hacían que fuese fácil acusarle de colusión con Indonesia. Este acoso culminó con el arresto de Al-Helmy en enero de 1965. La detención de Al-Helmy fue aún más traumática, cuanto que unos pocos meses antes el Vicepresidente del partido, Zulkifli Muhammad había muerto. Zulkifli era popular y sabía cómo amalgamar ideológicamente todos los elementos dispares que configuraban el pensamiento de Al-Helmy. Los siguientes años el PAS anduvo como un boxeador grogui y sin atreverse a exhibir demasiado sus credenciales reformistas, no le fuesen a acusar de filocomunista. Y en esto llegaron las cruciales elecciones de 1969. Se trataba de la primera vez que se votaba en los nuevos estados de Sabah y Sarawak y había ciertas dudas sobre cuál sería el sentido de su voto. Además, para acomodar a los nuevos estados, el número de escaños en el Parlamento se había incrementado de 104 a 144. La alianza oficialista, que llevaba gobernando desde la independencia, se había fijado el objetivo de conseguir los dos tercios de los escaños. La Alianza sufrió una dura derrota. Con sus sucesivas victorias electorales se había dormido en los laureles y sus líderes habían dedicado tanto tiempo a pelearse entre ellos como a planificar las elecciones. La oposición, en cambio, escocida por la grave derrota de las elecciones de 1964 sí que había hecho los deberes y actuó concertada. La Alianza no supo prever que las cuestiones comunitarias tendrían tanta importancia en las elecciones. El PAS, por su parte, después de los palos recibidos a mediados de la década, había optado por la prudencia. Rebajólos elementos más izquierdistas de su plataforma y situó en el centro de su mensaje la cuestión de la primacía de los malayos en lo económico y lo político. Además en esa cuestión le lanzó algunas patadas a la espinilla a la UMNO, atacándola por haber realizado demasiadas concesiones a los no-malayos. Y ya para rematar, el PAS se había preocupado por hacer un trabajo previo, extendiendo su red de pondok y ceramah a Sabah y Sarawak. Todo lo anterior ayudó al PAS a captar el voto malayo desencantado con la UMNO. En las elecciones obtuvo casi medio millón de votos, que representaron el 20,9% del electorado (el porcentaje obtenido en las elecciones de 1964 había sido del 14,6%). Sin embargo, las leyes electorales hicieron que esa subida en votos sólo se tradujera en tres nuevos escaños: pasó de nueve a doce. Los resultados electorales exacerbaron las tensiones intercomunitarias y en mayo de ese año se produjeron graves disturbios interraciales. UMNO entendió el mensaje e inició una política de discriminación positiva a favor de los malayos para recuperar a esa parte del electorado. Asimismo inició una política de tender manos a otros partidos para incorporarlos a la alianza gubernamental.
En 1974 el propio PAS se dejó atraer por los cantos de sirena del UMNO y se adhirió al Barisan Nasional, nombre que la coalición gubernamental renovada se había dado el 1 de julio de ese mismo año. La decisión resultaba congruente con la postura del entonces líder del PAS, Asri Muda, que privilegiaba el nacionalismo y la identidad malaya sobre el Islam. Pero a la larga sería una decisión que levantaría ampollas en el seno del partido.