Disfraz de Peliqueiro de Laza. Museo del Traje, Madrid.
Por mor de una contractura cervical que apenas le permitía mover el cuello, mi colega del alma Xan Poleirán, “amigo das nenas”, bajo el peso macizo de su máscara, sintió cómo su Carnaval se convertía en la antesala misma del infierno. Aun así, no dejó que el sufrimiento lo bocabajeara y se dispuso a fustigar a cuantas zarangüainas, espetones, chupacabras, mascaritas y fadas corrupias le salieran al paso. «El que avisa —me susurró con voz apenas audible tras la mueca inmóvil—..., avisador». ...