El empaque de un producto puede parecer que es un asunto sencillo, sin embargo las empresas invierten recursos económicos en investigación y desarrollo de envases que otorguen beneficios al consumidor, cumplan con los estándares y, últimamente, que sean amigables con el medio ambiente.
Los embalajes sustentables pasaron de ser una moda a un factor determinante en la industria. Por ejemplo, la Coca-Cola es una de las empresas que convirtió el envasado verde en su prioridad. En 2010, la firma lanzó en México el proyecto Plan Bottle, el primer envase elaborado parcialmente con materia prima renovable extraída de plantas, 100% reciclable y con una huella de carbono 20% menor que su antecesora.
El proceso para producir este tipo de envase consiste en convertir los azúcares naturales de las plantas en un componente para elaborar el plástico PET. La iniciativa acaparó las miradas de otras empresas como Heinz, PepsiCo y Danone.
Corteza de pinos, hojas de maíz y pasto varilla son algunos de los materiales utilizados para la creación de empaques 100% reciclables.
En el futuro se espera ampliar a cáscaras de naranja, papa, avena y otros desechos de los negocios del sector de los alimentos.
El envasado de productos cumple un papel importante que tiene como finalidad interactuar fácilmente con el usuario y modificarse de acuerdo a las necesidades del entorno.
“Las compañías tienen áreas dedicadas especialmente a la investigación y desarrollo de envases adecuados para sus productos. Gastan millones de pesos cada año por estar no solo a la vanguardia sino para ofrecer mayores ventajas competitivas a sus consumidores”, explica Humberto Acha, especialista en el tema.
Es así como la tendencia actual es el desarrollo de empaques que tengan un menor impacto en el medio ambiente, estrategia a la que se han sumado empresas de todos los giros.
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