Vamos a analizar 2 escenarios para llegar al punto del post de hoy:
Rómulo tiene sobrepeso, trabaja todo el día y no tiene tiempo de nada. Come básicamente alimentos ya preparados, ya sea de algún restaurant (generalmente comida rápida) o de los que solamente mete al microondas y están listos.
Un día decide que quiere cambiar eso, que quiere bajar de peso y ver y sentirse mejor. Va al super y compra frutas, verduras (aunque sean congeladas), latas de atún y a lo mejor refresco light. Baja de peso, se siente mejor y ya no "está a dieta". Se da de altay vuelve a los hábitos del principio, son más fáciles y más antojables... o eso piensa él.
A los pocos meses sube el doble de peso y le cuesta el doble de trabajo motivarse para bajar de peso así que se deja ir. Al año se vuelve a cuidar, baja de eso, se da de alta... y seguimos el cuento de nunca acabar. ¿Su salud? Mejor ni les digo con esos sube y baja.
Tenemos también el caso de Remo. Empezó igualito que Rómulo, sin tiempo y comiendo lo primero que se encontraba. También llegó al punto de "hasta aquí", pero tomó otra vía, la de la salud. Cambió de hábitos poco a poco, bajó de peso más lento que Rómulo pero se mantuvo en su rango de peso recomendado por años y años. Su salud es de primera, se siente como nuevo.
¿Cuál quieres ser tú? O tal vez deba preguntar, ¿cuál eres tú? Nada como tener salud, piensa en el futuro y en tu calidad de vida. Toma decisiones hoy que vas a apreciar mañana.
Escrito por Fernanda Rodríguez del Peón