Posted by diego ospina on 06/09/2014 · Dejar un comentario
La oficina del recaudador de impuestos (c. 1615), Art Gallery of South Australia. de Pieter Brueghel el Joven
El problema de la argumentación en el derecho tiende a ser en sí mismo el problema de la verdad, de la búsqueda de la justicia como fin del aparato jurisdiccional.
La erística por un lado, es la búsqueda de la refutación del argumento contrario solo para demostrar la ignorancia del adversario (no tanto ignorancia como error, puesto que al no buscar la verdad, no se busca la sabiduría, mucho menos la justicia) y por tanto la discusión es en sí misma estéril he improductiva. Seguramente a los antiguos griegos les debió de parecer sumamente tedioso estar rodeado de sofistas cuyo método erístico podía defender la dualidad, puesto que podían argumentar a favor de cualquier posición teniendo o no a la verdad de su lado. (Popularizada por los sofistas, como Euthydemos y Dionysodoros)
“Platón creía que el estilo erístico, ” no constituye un método de argumentación “, considerando que al argumentar erísticamente es utilizar conscientemente argumentos falaces, por tanto, debilitando la posición de uno”
En la práctica del derecho se ve de todo, esta es una selva negra, una selva oscura, no por la falta de luz, sino por la opacidad de las verdades que en ella se hallan. En derecho se ha suscitado pues que practicamos el debate argumentativo. Ciertamente que ante un público ignorante la verdad puede tener muchos matices, pero la mentira tiene contrastes y apariencias de verdad. El argumento de los futuros abogados no debe jamás ser el de convencer (aunque de ello se trate el juicio) sino el de demostrar la verdad.
La dialéctica por otro lado es una forma racional de búsqueda de la verdad en la que se contraponen diferentes elementos racionales y técnicamente verdaderos, confrontándolos para sacar de la controversia la mejor verdad posible o la única verdad posible, aquí hallamos pues la diferencia entre la dialéctica y la erística y es que mientras una se enfoca en la búsqueda de la verdad con miras a un fin trascendental, la otra busca la razón por la fuerza (Argumentatum ad baculum) sin importar si se vale o no de falacias , su finalidad es egoísta y egocéntrica, no busca la verdad y por tanto la razón por este método jamás dará a luz la justicia.
La argumentación del abogado como ya dije “debe buscar la verdad“, y la de los estudiantes de derecho aún más. ahora, si bien es probable que en algún caso nos veamos comprometidos con el deber de defender la falsedad, no debemos hacerlo ante causas criminales y por fines monetarios, el abogado es un regulador de los conflictos humanos y este va mucho más allá del juez, pues para el abogado es posible conocer la totalidad de la verdad que se cierne sobre los hechos defendidos falsos o no, pero el juez solo puede decidir bajo el manto de un criterio viciado por el alcance de las pruebas en un proceso (por tanto ciertamente limitado).
Replantear la visión de justicia, de verdad y de derecho en los jóvenes abogados es un trabajo que está más allá de los profesores de derecho y es un deber tanto del futuro jurista en si, como del gremio (cuyos valores morales han sido duramente criticados en estos últimos años).
Deber efectivo de los futuros abogados panameños, es el de restablecer la fe en esta noble carrera y enaltecer la justicia panameña en pro de una sociedad cuya urgencia de valores reales es cada vez más urgente. Es un deber del abogado no ser un instrumento político mas, porque los abogados somos la medida de nuestras instituciones y estarán ellas tan corruptas como nosotros, siempre que así lo permitamos. Es un deber para todo buen abogado, fijarse en el bolsillo roto de un necesitado y ser conscientes de las injusticias, puesto que para el buen abogado el porvenir esta ya asegurado pero para la victima de la injusticia o (lo que es lo mismo) la justicia mal administrada, puede que no haya un mañana más allá del litigio.
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