Hay muchas formas de estar sola y sólo una de aceptar la soledad, dicen varios poetas por ahí y por aquí. Quizá no sea verdad o quizá sea la única. O puede más aún que la vida sea una escalera y que, como canta Extremoduro, vayamos subiendo de escalón en escalón convencidos de que la verdad está en el tejado esperándonos.
