La realización de actividad física de forma regular genera una serie de adaptaciones fisiológicas, que no solamente incrementan el nivel en el rendimiento deportivo si no que, además, nos aportan beneficios a nivel de la salud general.
Concepto de homeostasis y de hormesis
Todo organismo vivo posee una serie de mecanismos para poder regular su ambiente interno adecuadamente, compensando los cambios que puedan producirse en su entorno; esto se denomina homeostasis, y un ejemplo de ello sería la regulación de la temperatura corporal.
La hormesis, a su vez, es un efecto que tiene lugar cuando un elemento externo al organismo, que intenta romper esta homeostasis, provoca una respuesta con un efecto fortalecedor o terapéutico. Es decir, la hormesis es un mecanismo de adaptación del cuerpo frente a un estímulo, en principio negativo, que si se administra en dosis adecuadas, mejora la respuesta del propio organismo frente a futuros estímulos semejantes o más intensos.
Se sabe que el deporte ejerce un efecto hormético en nuestro organismo. La realización de actividad física provoca una serie de estímulos o señales de inflamación, estrés celular y de lesión que, a su vez, generan una respuesta compensatoria en nuestro organismo, produciendo lo que se conoce como una supercompensación.
La supercompensación
Todo ejercicio físico necesita ser administrado en su dosis justa. Una carga de trabajo muy suave o, por el contrario, una carga demasiado dura, no producirá el efecto esperado: la mejora de nuestra condición física. Cuando realizamos un ejercicio con una carga de trabajo correcta, el agotamiento que éste nos produce, terminará por provocar una supercompensación en nuestro organismo. Esto quiere decir que el cuerpo se adaptará a dicha carga volviéndose más fuerte. Esto significa que nuestra condición física a mejorado y que, en consecuencia, ahora podremos tolerar cargas de trabajo mayores que antes (tanto en el volumen como en la intensidad). Esta es la finalidad de todo entrenamiento.
Así pues, para que todo deporte o actividad física que realicemos genere adaptaciones fisiológicas en nuestro organismo, es necesario que, en mayor o menor medida, terminemos cansados.
Justo en este momento, una vez finalizado el ejercicio, lo que comamos será fundamental para lograr una buena recuperación. Si lo que buscamos, por ejemplo, es un incremento en la masa muscular, realizar una recuperación con un alimento que contenga proteína e hidratos de carbono será fundamental para estimular la síntesis muscular. Si, por ejemplo, lo que queremos es incrementar nuestro rendimiento en la carrera a pie, consumir alimentos ricos en carbohidratos, y de alto índice glucémico, una vez finalizado el entrenamiento, va a ser fundamental para generar las adaptaciones fisiológicas que mejoraran nuestra condición física.
Según el objetivo que tengamos, la intensidad del deporte que vamos a realizar va a ser distinta. Si lo que queremos es mantener una condición física saludable a medida que nos hacemos mayores, no hará falta ser tan exigentes en el deporte como si lo que perseguimos, por ejemplo, es acabar una maratón en menos de tres horas. De todos modos, en cualquiera de los dos casos, si el deporte que realizamos no tiene un mínimo de intensidad, que requiera nuestro esfuerzo y termine por cansarnos, nuestro cuerpo no va a generar las adaptaciones fisiológicas necesarias como para incrementar nuestra forma física.