Revista Ciencia

Es la economía (verde) estúpidos … · Sostenibilidad para Dummies

Por Juanjo Amate Juanjo Amate @tehagoeco

No es que se trate de un tema nuevo, de hecho fue el que inauguró este blog hace ya veinte meses y se trata de una de las entradas más visitadas, pero desde que ayer vimos el reportaje de Salvados “Salud o Euros”, nos quedó clara la necesidad de, si cabe, seguir difundiendo ese otro modelo económico en el que no son incompatibles la sostenibilidad y la generación de empleo y desarrollo bien entendido, la que llamamos Economía Verde.

Aparentemente es relativamente fácil definir la Economía Verde (o economía ecológica), ya lo hicimos en otra entrega de Sostenibilidad para Dummies, sin embargo cuesta que cale y se encuentren ejemplos que lleguen a la sociedad, sin ir más lejos es uno de los peros del reportaje de este domingo: la necesidad de confrontar los casos que mostraba de industrias contaminantes y generadoras de empleo con otros de industrias y otras actividades económicas no contaminantes, o verdes o limpias o como queráis, que igualmente están sirviendo para generar empleo en diferentes territorios.

 ¿Qué no es la economía verde?

Sea por las analogías con la revolución verde que hace varias décadas se intentó llevar a cabo en diferentes regiones, pensar en Economía Verde como aquella derivada de la agricultura (de la misma forma que la Economía Azul como la relacionada con la acuicultura y los océanos) es una confusión relativamente frecuente.

Quizás por eso que vayan de la mano Economía Verde y Economía Ecológica, planteando así de manera inconfundible que aborda de forma incluyente (sin que ninguno prevalezca sobre el resto) los aspectos sociales y ambientales asociados a la actividad económica. Posiblemente uno de los marcos en los que más sentido toma la palabra sostenibilidad, puesto que vendría a representar el estado óptimo de equilibrio entre estos tres grupos de aspectos.

Sostenibilidad corporativa · Sostenibilidad a Medida

Más modelos tangenciales con la Economía Verde

Trás además haber oido hablar de Economía Circular o Economía del Bien Común, aparece la duda ¿con qué nos quedamos? o más sencillo todavía ¿qué es mejor?

Pues no hay por qué elegir, puesto que no creemos que se trate de modelos alternativos, ni mucho menos excluyentes, sino más bien tangenciales en cuanto a sus ámbitos y mucho mas que complementarios.

Así por ejemplo, en el caso de la Economía Circular, pensar en el ciclo de vida de los recursos para tratar de optimizarlo y cerrarlo “de la cuna a la cuna” en cuantos más casos sea posible sin duda va a tener una repercusión más que positiva en materia de sostenibilidad. Para ello tan sólo es necesario tener una visión amplia y contar con una óptica que no se limite a los ciclos de materia sino que cuente con variables de energía y otros recursos, así como aspectos sociales.

Por otro lado la Economía del Bien Común posiblemente maximiza lo que su propio nombre indica, el bienestar social, por lo que los aspectos sociales, de dignidad laboral o de ética en el comportamiento de las organizaciones adquieren una mayor importancia. Nada que no quepa en la Economía Verde de la mano de los aspectos sociales anteriormente señalados.

Por tanto, lejos de ser modelos opuestos, no sólo están más que relacionados, sino que se muestran complementarios y sinergéticos, tan sólo es cuestión de enfoque y sobre todo, de algo que siempre hemos señalado que ha de abordarse a la hora de trabajar la sostenibilidad, entender los retos y necesidades de cada organización para identificar sus prioridades y el modelo que mejor se ajusta a estas.

Entonces … hay alternativas a la economía desde la sostenibilidad

Por supuesto, como siempre sin existir recetas completas e infalibles, pero queda claro que frente a la disyuntiva planteada en el reportaje: empleo o salud ambiental, existen alternativas.

La única pega, que ni pueden implantarse de una manera rápida ni generan empleo y riqueza de la misma manera explosiva que lo han hecho otras actividades, pero … precisamente se trata de construir una alternativa que corrija los problemas de la que ya no nos funciona y uno de ellos ha sido la especulación asociada al mismo que no permite con su continuidad a largo plazo. Por tanto, vamos lentos porque vamos lejos, viene muy bien para definir cómo hemos de construir este nuevo escenario económico marcado por la sostenibilidad.

No sólo podemos hablar de alternativas, es que la sostenibilidad ha de abordar de una forma importante los aspectos económicos y su relación causa efecto con los ambientales y sociales. En la medida en que se logre, mayor relevancia adquirirá la sostenibilidad y mejores y más propicios escenarios se encontrará la Economía Verde, la Economía Circular, la Economía del Bien Común,  la Economía Descarbonizada o una mezcla de estas y algunas más.

¿Y ejemplos? Resulta difícil que ante lo rápido que avanzan los retos y por suerte se proponen alternativas, puedan ponerse ejemplos con el suficiente rodaje como para considerarse de éxito. Modelos los hay y experiencias de puesta en marcha también, por lo que es cuestión de seguirlas y conocer sus resultados para llevar a la práctica la sostenibilidad.

Muchos ya conoceréis el contexto del título de este post y no se trata de volver al mismo, pero quizás el reto actual no pase por lograr la sostenibilidad, sino hoy por hoy, que la economía entre y se integre en la visión extendida de la sostenibilidad.

@tehagoeco

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