Revista Psicología

¿Es mi hijo adicto a Internet?

Por Somospsico

¿Es mi hijo adicto a Internet?

Como todos sabemos, Internet es una herramienta cuya aparición es bastante reciente. En concreto, forma parte de las llamadas “nuevas tecnologías”, las cuales se han creado para hacernos la vida más fácil y mejorar o ampliar nuestras opciones de comunicación con los demás. Sin embargo, a pesar de sus innumerables ventajas, Internet también cuenta con una serie de características que pueden hacer de él un instrumento pernicioso, sobre todo entre los más jóvenes.

Muchos padres no entienden la gran cantidad de tiempo que sus hijos pasan frente al ordenador, y la mayoría de ellos afirma desconocer los contenidos a los que estos chicos y chicas acceden. Además de esto, tampoco se explican cómo pueden renunciar tantas veces al contacto cara a cara con sus amigos y sustituirlo por una conversación en la que sólo mueven los dedos y en la que el interlocutor no está presente.

Por todo esto, es normal que exista cierto grado de preocupación con respecto a este tema, pues los padres de estos jóvenes comienzan a preguntarse si su comportamiento es el adecuado, si realmente existe un problema o si puede haber consecuencias negativas derivadas de un mal uso de Internet.

Aunque en ningún manual queda recogido el diagnóstico de adicción a Internet, nos gustaría plantearos una serie de indicios que podrían llevarnos a pensar que algo no va bien, muchos de los cuales sólo conoceremos preguntándole directamente a la persona en cuestión:

- Existe una sensación de pérdida de control. La persona no puede dejar de navegar o utilizar Internet cuando lo desea, postergando tareas o renunciando a contactos reales en su día a día.

- La conducta es cada vez más frecuente. El tiempo que la persona necesita dedicar a Internet es cada vez mayor (tolerancia), sintiéndose mal si se le interrumpe o se le insiste en que deje de utilizarlo.

-  La persona niega el problema. El adolescente no es consciente de la existencia de un problema, comparándose con sus amigos y diciendo que lo que hace es completamente normal.

- Continuación del uso a pesar de las consecuencias adversas. La persona sigue conectándose desmesuradamente a Internet a pesar de saber que le provoca dolores de cabeza, náuseas o que le quita horas del sueño.

- Uso de Internet para aliviar la ansiedad que supondría el no utilizarlo. Aunque en un principio se utilice la red como método de entretenimiento y disfrute (reforzamiento positivo), este proceso se va convirtiendo más en una necesidad de conectarse para evitar el malestar experimentado mientras no se utiliza (reforzamiento negativo).

- Y finalmente, restricción de la libertad. El adolescente disminuye considerablemente el tiempo dedicado a otras actividades, como pueden ser las escolares o las lúdicas, manifestando además continuos pensamientos acerca de cuándo será la próxima conexión.

No se trata de crear una alarma generalizada ante el uso, muchas veces necesario, del ordenador, sino de que seamos conscientes de que ciertos aspectos de la red como la posibilidad de mantener el anonimato, el acceso inmediato a todo tipo de información o el enorme abanico de posibilidades que presenta, pueden hacer que la relación que establezcamos con él llegue a perjudicar realmente nuestra salud y la de los nuestros.

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foto|graur codrin


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