Igual es un homenaje a Eduardo Galeano y su Escuela del Mundo al Revés pero creemos sin duda que se trata de un nuevo ejemplo de cómo una empresa de entidad, como en este caso es un Banco, entiende la Responsabilidad como algo accesorio, limitado a una parte de su actividad, si cabe, enmarcado en sus acciones de imagen, y no como algo transversal que debe formar parte de su gestión, de su estrategia, del día a día de su funcionamiento. Difícil poder hablar de sostenibilidad, mas bien nos encontramos de nuevo ante un ejemplo de #socialwashing o postureo en responsabilidad social.
Os ponemos en antecedentes, en la pasada semana los clientes de Cajamar, han recibido bien a través de su cuenta de banca electrónica, bien en papel (o por ambos cauces a la vez) una petición de información de este banco que les requiere entregar so pena de ver cerradas o invalidadas sus cuentas. De entrada, encontrarte esto en el buzón sin que haya mediado ninguna otra información por parte del banco previamente, es tener una enorme falta de tacto, sobre todo con determinados clientes. Y máxime si pensamos en lo mucho que se da información en otros momentos cualquier promoción comercial, recientemente de un parasol para el coche. ¿No cabe pensar que los clientes valorarán mucho mas esa atención en forma de información para saber el por qué de esta inusual e “importante” petición?
Pero esto solo ha empezado, encontraba quejas en redes sociales por parte de personas que forman parte de un partido político que no entendían con qué ligereza una empresa privada puede pedirles dicha información, ni siquiera justificada en los motivos que se esgrimen, ni específicando si se trata de cargos orgánicos (de partido) o institucionales, ni hasta qué nivel institucional abarca (¿una Junta Rectora de un espacio natural?). Incluso se planteaban su legalidad. Ahora bien, pensémoslo a la inversa, si creen que pueden pedir dicha información con total libertad … ¿proporciona esta entidad información sobre aquellos partidos políticos a los que ha prestado créditos? Sería lo ecuánime dado que quiere conocer esos mismos vínculos políticos por parte de sus clientes.
En la misma línea, otras personas se han tomado incluso a broma que les pidan tanta información sobre su actividad económica, máxime cuando la banca española no ha sido en los últimos años un ejemplo de transparencia en lo que a las actividades económicas de sus principales representantes se refiere y su afición a visitar paraísos fiscales. Sobre todo cuando la información de tipo económico que se solicita, como la actividad profesional o los ingresos anuales, es algo que en todo caso concierne controlar al Ministerio de Hacienda o la Inspección de Trabajo, que de hecho ya lo hace. Y la verdad, no vemos a nadie anotando, como si fuera un chiste de Gila, aquellas actividades ilícitas o irregulares que pudiera desarrollar y a esta entidad yendo ipso facto a denunciar cualquier dato extraño que pueda encontrar.
Pero sobre todo de nuevo aparece la disparidad de trato. Ni siquiera los socios de la entidad, de la que por obligación son muchos clientes por ser una sociedad cooperativa de crédito, cuentan con la información en torno a las inversiones que realiza Cajamar, ¿quién dice que no ha estado tras alguno de los proyectos mas controvertidos en materia de protección ambiental que ha habido en los últimos años en la provincia de Almería o forma parte de las entidades que denuncia Banca Limpia por financiar actividades como la fábrica de armamento? ¿Por qué no dan a conocer esta información? De nuevo un trato mas que desigual entre lo que se exige a los clientes y lo que ofrece la entidad.
Y a todo esto sumamos muchas más cuestiones que hacen que sin duda sea un ejemplo de i-rresponsabilidad corporativa.
- El hacer un envio masivo, sin verificar que se haga por duplicado ni prevenir que haya clientes que al recibir el aviso electrónico ya lo hubieran completado. Y sumado a esto, la imposibilidad de editar el archivo descargado, obligando si o si a imprimir el documento. Y por cierto, no se trata de papel reciclado ni con ninguna otra característica que indique que se ha intentado minimizar su impacto ambiental.
- Tras valorar el numero de clientes y el tratamiento dado al documento al ser entregado en una sucursal, pensamos que es un mero trámite para librarse de responsabilidades y pensamos que estos datos ni siquiera vayan a ser procesados o analizados, ponemos un ejemplo: ¿comprobarán si existe el Frente Judaico Popular si alguien dice ser su Secretario General en Benahadux? ¿que harán en ese caso, cruzar la información con el registro partidos politícos (valiente hazaña a la vista del ritmo de creación de los últimos meses)?
- ¿Tan importante es realizar esta solicitud de información cuando hay clientes que están a la espera de que se agilicen y resuelvan diferentes procesos relacionados con cláusulas suelo, pago abusivo de comisiones y un largo etcétera que sólo encuentran zancadillas, errores de tramitación y retrasos por parte de Cajamar?
En resumen, muy poca responsabilidad demuestran estas acciones y sobre todo algo muy alejado de lo que en 2015 se supone que debe ser el comportamiento de una entidad bancaria en lo que a transparencia, puesto que lejos de trasladar esta exigencia a sus clientes, mayoritariamente pequeños ahorradores, debería dar mucho mas ejemplo. Entre los avales de una entidad bancaria está la confianza, ya lo hemos sufrido, y creemos que estos comportamientos no contribuyen a crearla en torno a nuestro sistema bancario. Y si una entidad apuesta por la Responsabilidad Social debe hacerlo partiendo de aquellas cuestiones mas importantes en su negocio, es como si una eléctrica construye su estrategia de sostenibilidad o RSC sin dar en la misma cabida a problemas como la pobreza energética (ups … spoiler, eso viene otro día).
Y luego nos preguntamos por qué la RSC y la sostenibilidad no acaban de cuajar en la sociedad … juzguen si con estos ejemplos cabe creer en lo que en esta materia hacen entidades como esta.
@tehagoeco
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Tags:Irresponsabilidad Social Corporativa, socialwashing, sostenibilidad