UNA EXPLICACIÓN EXTENSIONAL DE LA INTENSIONALIDAD
Uno de los participantes en el debate sobre la entrada anterior de este proyecto de serie adujo el argumento de Quine según el cual los conceptos mentales son intrínsecamente intensionales, y que, por lo tanto, no pueden reducirse a hechos de los que pueda hacerse una descripción puramente extensional ("en tercera persona")..Las descripciones "extensionales" tienen la ventaja de ser muy fácilmente domesticables desde el punto de vista lógico. Por ejemplo, si sustituímos en una frase un término por otro que sea sinónimo, o incluso por uno que tenga una extensión mayor (o sea, que represente un conjunto del que sea un subconjunto el conjunto que representa el primer término), la frase seguirá teniendo el mismo valor de verdad que tenía originalmente. Veamos, sea la frase (que supondremos verdadera):."Hay un perro en mi habitación".Probemos a sustituir "perro" con un sinónimo ("can"), o por un concepto más amplio ("mamífero"); entonces las dos frases siguientes son también verdaderas:."Hay un can en mi habitación" / "Hay un mamífero en mi habitación"..En cambio, si consideremos la frase siguiente:."Juan cree que hay un perro en mi habitación"..Ahora, aunque esta frase sea verdadera, no está garantizado sólo por el significado de los términos que éstas también lo sean:."Juan cree que hay un can en mi habitación" / "Juan cree que hay un mamífero en mi habitación",.pues puede suceder que Juan NO SEPA que "can" significa "perro", o no sepa que los perros son mamíferos. La frase "hay un perro en mi habitación" está, en estas últimas oraciones, en un contexto INTENSIONAL..El argumento al que se refería el comentarista viene a decir que una descripción del mundo en términos puramente extesionales (p.ej., una descripción que diera el estado preciso de cada célula en cada momento) no podría servirnos para inferir frases que estuvieran en modo intensional (el argumento es similar al de Hume sobre la falacia naturalista: en vez de decir que no se puede deducir un "debe" -o un "es-normativo"- de un "es" -o de un "es-fáctico"-, lo que diríamos ahora es que no se puede deducir un "es-intensional" a partir de un "es-extensional")..Pero el argumento es incorrecto, y está basado, creo, en la suposición injustificada de que "creer" (o "desear", o "saber", o "pensar", u otros verbos "mentalistas") son el caso paradigmático de contextos extensionales. Pues podemos mostrar que el fenómeno de la intensionalidad se puede dar en situaciones (o "mundos") donde no hagamos referencia a nada "mental". Basta con pensar en el caso del verbo "decir" (o aún mejor, "escribir")..Imaginémonos un mundo en el que unos bichos de conducta compleja pero sin "mente" (en el sentido de mente consciente) han sido capaces de desarrollar un lenguaje, es decir, pueden DECIR COSAS, mediante un código que permite formar frases. Imaginemos que estos seres "dicen" esas cosas formando cadenas de símbolos visuales en su piel, más o menos como los calamares. En una primera generación de esos bichos, podríamos suponer que se limitan a decir o escribir frases puramente extensionales ("descripciones en tercera persona de hechos no-intensionales"). En una segunda generación, podemos imaginar que los bichos aprenden a hacer descripciones que incluyen el hecho de que otros de sus congéneres están haciendo ciertas descripciones..Pues bien, es obvio que los bichos de esta segunda generación producirían (escribirían, dirían) frases que estarían en contextos intensionales ("el calamar Pepe dice que hay un cachalote cerca de aquí"), pero ello no se debe a la influencia de lo mental (que hemos supuesto que no existe), sino más bien al hecho de que los calamares han aprendido a utilizar el lenguaje para referirse a los propios productos lingüísticos (es decir, han descubierto el metalenguaje)..Por lo tanto, el hecho de que los conceptos mentales sean habitualmente intensionales no prueba, pues, que la mente no sea reducible a la materia, pues hemos visto que seres SIN MENTE pueden generar expresiones intensionales.Enrólate en el Otto Neurath