EL DAMERO MALDITO
En la discusión de la primera entrada de esta (ya, casi sí, serie), uno de los comentaristas más críticos ponía un ejemplo que me gustó mucho: en el juego de damas, las reglas permiten que una ficha que alcance la última fila se convierta en una dama; las damas se diferencian de las fichas normales porque las reglas que dicen cómo pueden moverse son distintas. La cuestión es: ¿se puede "reducir" una dama a una ficha normal (a la ficha de la que procede, por así decir)? El comentarista decía, con bastante razón, que no, aunque no daba un argumento preciso, por lo que la respuesta es un tanto ambigua, y la he intentado aclarar en la discusión, pero, como está enterrada entre más de un centenar de comentarios, me ha parecido interesante dedicar al tema una entrada propia..Naturalmente, cuadno decimos que algo "se reduce" a otra cosa no queremos decir la simpleza de que lo primero "está hecho de" lo segundo, o no sólo eso, sino de que la organización, estructura, comportamiento, etc., de lo primero se sigue de la organización, estructura, comportamiento, de lo segundo. En el ejemplo de las damas la pregunta será, por tanto: ¿se sigue el "comportamiento" de una dama -o sea, las reglas que dicen lo que puede hacer una dama- de las reglas que dicen lo que puede hacer una ficha normal? Formulada de esta manera, la respuesta es obviamente "SÍ": las reglas que dicen lo que puede hace una "ficha normal" INCLUYEN la regla que dice que una ficha normal se convierte en dama al llegar a la última fila. Pero imagino que el comentarista se refería implícitamente a un subconjunto de las-reglas-que-dicen-lo-que-puede-hacer-una-ficha-normal, en particular, se refería a las reglas que dicen lo que puede hacer una ficha normal cuando aún no se ha convertido en dama. Y en este caso, la respuesta (y por eso digo que tenía bastante razón) es que no: podríamos definir un juego de damas en el que las fichas no se convierten en damas en ninguna circunstancia, y siempre se mueven según las reglas que rigen los movimientos de las fichas "normales", un juego que, por lo demás, sería exactamente igual que el juego de damas común. Llamemos R a las reglas de este juego (ignoraré la complicación que supone el tener que añadir explícitamente qué es lo que puede hacer una ficha cuando llega a la última casilla, ya que no puede convertirse en dama; supongamos que simplemente se queda ahí). Sea ahora RD las reglas que dicen cuándo una ficha se convierte en dama, y qué movimientos son los que le están permitidos a una dama. Es obvio que RD no se sigue de R: podríamos jugar con las reglas R durante infinitas partidas y en ningún caso tendríamos algo así como una "dama". La aparición de damas, con sus reglas peculiares, supondría en este caso una auténtica "novedad ontológica", la INAUGURACIÓN de un juego nuevo, por así decir, que requiere, en el caso del juego, un determinado proceso causal que consiste en el hecho de que alguien se pone de acuerdo en que las reglas van a ser a partir de ahora R+RD, y no sólo R..Ahora bien, que RD no sea reducible a R no implica, por supuesto, que TODAS las reglas que podamos concebir sean en eso como RD. Pues hay muchas otras reglas que sí que se reducen a R. P.ej., supongamos que tenemos el juego definido por R, y a los jugadores se les ocurre introducir la siguiente regla "nueva": "una ficha nunca podrá estar sobre una casilla blanca" (llamemos a esta regla RN). También podemos imaginarnos que, en vez de hablar de la instauración de las reglas, lo que tenemos es un estudioso intentando averiguar conjeturalmente cuáles son las reglas a partir de la observación de muchas partidas, y supongamos que ha llegado a descubrir que el juego se juega mediante las reglas R, y que ahora se da cuenta TAMBIÉN de que los jugadores actúan siempre obedeciendo la regla RN..Es trivial darse cuenta de que RN no es ninguna "novedad" una vez que el juego se juega según las reglas R: dadas esas reglas, es imposible que, si los jugadores las obedecen siempre, no estén obedeciendo también RN. Por lo tanto, aunque los jugadores no su hubieran dado cuenta de que ya estaban obedeciendo RN, y se les ocurriera añadir esa regla al reglamento de las damas (a R), en realidad el juego no habría cambiado nada por ese añadido: todos los movimientos que eran válidos antes (con R) siguen siendo válidos ahora (con R+RN), todos los que no eran válidos siguen sin ser válidos. RN es, por lo tanto, reducible a R (en el sentido de lo que he llamado "reducción ontológica": el caso es que, SI SE CUMPLEN las reglas R, DE HECHO TAMBIÉN SE CUMPLIRÁ la regla RN, con independencia de si los jugadores o el estudioso lo saben o no; por otro lado, habrá una "reducción epistemológica" de RN a R cuando los jugadores o el estudioso averigüen que, si se cumple R, también se cumple RN)..Nótese que el hecho de que RN sea reducible a R no significa que RN sea "equivalente" a R (obviamente, no lo es: RN se sigue de R, pero R no se sigue de RN -o sea, si se cumpliera RN, no por ello sera inevitable que se cumplieran todas las demás reglas contenidas en R-). Por supuesto, RN es una regla muy trivial, pero las reglas R pueden dar lugar a muchas situaciones todo lo complejas que queramos, en las que hay ciertas cosas que los jugadores pueden hacer según R y otras que no pueden hacer según R, y que (esas situaciones) podríamos en principio pensar que constituyen una "regla nueva", si no supiéramos que se siguen de R..Lo importante es tener clara la diferencia entre la relación que existe entre RN y R, por un lado, y la relación que existe entre RD y R, por el otro lado. La cuestión es, por tanto, si la relación entre lo mental y lo físico es como la relación entre RN y R, o es como la relación entre RD y R. A priori, puede que sea cualquiera de las dos cosas. puede que los procesos físicos sucedan de acuerdo con ciertas leyes, reglas, principios, etc. (llamémoslo F, que pueden coincidir o no, aproximarse o no, a los que nosotros aceptamos hoy en día), que lo mental ocurra de acuerdo con otras leyes, reglas, principios, etc. (M), y puede ser que la relación entre M y F sea como la relación entre RD (la regla sobre las damas) y R (todas las demás reglas que afectan a las fichas "normales"), puede ser que su relación sea como la relación entre RN y R..
En el caso del juego de damas, es bastante fácil darse cuenta de que RD no se sigue de R: nuestro conocimento de R nos permite inferir que no habría ninguna situación en la que "emergan damas", si las reglas son sólo R. Pero no conozco ningún argumento que demuestre que es imposible que partículas moviéndose de acuerdo con F, no pueden dar lugar a entidades, procesos, sistemas, etc., que se comporten de acuerdo con M. No digo que no lo haya, sólo que no hemos sido presentados. Naturalmente, tampoco hay una demostración de que M (o B, los principios y leyes de los fenómenos biológicos; o G, los de los geológicos, etc.; o E, los de los económicos) se siga de F (y hay poderosas razones para que no haya tal demostración -no para que no se siga lo uno de lo otro-, y que tienen que ver con la teoría de la complejidad y del caos, aparte del pequeño matiz de que, en realidad, tampoco conocemos con la seguridad y completud suficientes cuáles son F, M, G, B, E, etc.). Pero insisto en que el espíritu de estas entradas es sólo el de mostrar que los argumentos que se dan para intentar justificar que M no es reducible a F no son demostrativos de nada...[P.D. Hay un matiz interesante también en el ejemplo: cité de pasada que R debe ser reformulado para introducir expresamente qué pasa con las fichas que llegan a la última fila, ya que estamos suponiendo que no se convierten en reinas a menos que introduzcamos expresamente la regla RD, y el "resto" de las reglas del juego de damas no nos dicen NADA de lo que pasará en esa situación; pues bien, sea lo que sea lo que pueden hacer las fichas normales en esa circunstancia, lo que hacen cuando se transorman en RD es, en realidad, contradictorio con lo que les permitía hacer R, luego R+RD sería un conjunto de reglas contradictorio, DIFERENTE al juego de damas común, con el que hemos empezado. Esto es muy relevante para desnudar intelectualmente a los irreducibilistas: en la medida en que estén pensando que las reglas M (las que describen, explican, gobiernan, etc., los fenómenos mentales; o B, o E, etc.) están en la misma relación con F (las de los fenómenos físicos) que la relación en la que RD está con R... ¡en realidad están asumiendo que M contradice a F! (igual que RD contradice a R, pues RD dice que pasará una cosa en cierta circunstancia -una ficha normal se convertirá en dama al llegar a la última fila-, mientras que R no decía nada). Es decir, si fuese realmente verdad que la relación entre lo mental y lo físico es como la relación entre las damas y las fichas normales, entonces se seguiría que los fenómenos mentales VIOLAN las leyes físicas... y esa violación podría verificarse experimentalmente. Así pues, CADA vez que se comprueba que los procesos físicos que ocurren en un organismo consciente NO VIOLAN los principios de la física, estamos ante un argumento empírico poderoso que va contra el irreducibilismo..O aún peor: el irreducibilista podría definir R de tal forma que, en vez de permitir movimientos contradictorios con RD a las fichas normales que llegan a la última casilla, resultase que R fuera "incompleto", en el sentido de que NO DICE NADA sobre qué movimientos son correctos y cuáles incorrectos para una ficha en tal circunstancia (ojo: no es lo mismo que decir que la ficha PUEDE HACER lo que nos dé la gana). Si este fuera el caso, entonces lo que se está presuponiendo es que M (o sea, los fenómenos mentales, o B, o G, etc.) son de tal manera que habría situaciones FÍSICAS en las que ningún principio físico podría establecer (ni determinista ni estadísticamente) cómo se comportarán las partículas, PERO M SÍ QUE LO PUEDE ESTABLECER. Seguro que esta posibilidad les tienta a los amigos de las interpretaciones criptomentalistas de la física cuántica, pero en realidad es algo mucho más raro: no es sólo que la conciencia pueda determinar el resultado de un experimento cuántico, sino que se referiría a TODAS LAS RELACIONES DE IRREDUCIBILIDAD de todos los niveles (es decir, lo químico podría determinar las indeterminaciones cuánticas, lo mental podría determinar las "indeterminaciones biológicas", lo económico las "indeterminaciones mentales", etc., lo que, teniendo en cuenta que no tenemos ni puta idea de qué serían esas "indeterminaciones químicas, biológicas, mentales, etc.", no está mal como cacao mental), y además, el elemento "determinador" (las leyes químicas, mentales, económicas, etc.) actuarían INEVITABLEMENTE como una especie de "deus ex machina" sobre el que el irreducibilismo prohibiría SIQUIERA PREGUNTAR CÓMO CARAJO SE LAS APAÑA PARA HACER LO QUE HACE (lo cual muestra que la "estrategia reduccionista" en la ciencia es en realidad mucho más LIBRE que las supuestas "estrategias emergentistas" -que tampoco veo muy bien qué se querría decir al llamarlas "estrategias"-)..Y ya me callo, joder, que anda que no me ha salido largo el rollo..Enrólate en el Otto Neurath