Revista Arte
¿Qué nos hace admirar un escenario? ¿Dónde reside el causante de la decisión de un encuadre? ¿Qué cosas nos producen una atracción? Todas estas preguntas y muchas más sólo nos hacen provocar en nuestro interior una inquietante sensación de misterio, de vaga comprensión de aquello que no podemos dejar de querer, de mirar, de sentir...
(Fotografía del interior del Alcázar de Sevilla. Fuente en los jardines del Real Alcázar sevillano.)
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La mirada frontal frente a la ladeada ocultará el misterio estético, mediatizando ahora la belleza del Arte a cambio de la real.
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Lo real se transformará en un vacío al no poder sustituir lo vivido por lo representado, lo sentido por lo expresado, la vida por el Arte...
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La Belleza no es transmisible a la sensación inmediata, tampoco a la observación ingenua, traducible o descubierta.
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El Arte o como Belleza o como dolor, como recuerdo estético maravilloso o como alarde plástico-crítico-terapéutico.