Revista Cocina
Quienes ha visitado Italia, habrán comido probablemente en una “trattoria”; las trattorias no son simples restaurantes, son establecimientos cuyo concepto es la preparación de los platos al más puro estilo casero, un establecimiento familiar, al más puro estilo tradicional italiano.
Mi cocina, puede decirse que es una especie de embajadora últimamente de la cocina italiana, mi blog se ha convertido, intentando poner al día las recetas que preparo con influencia italiana en una especia de embajadora de tan fantástico país, tan enraizado a nuestra propia historia. Hoy voy a publicar unos espaghetis a la carbonara, quizás uno de los platos, en mi humilde opinión, más sabrosos de la cocina italiana.
En mi afán por saber los orígenes e historias relacionadas con cada receta, he podido leer que hay diversas teorías sobre el origen de la salsa carbonara. La más aceptada indica que tiene su origen en un miembro de la nobleza y editor en 1.837 del libro de “La cocina teórica y práctica” donde apareció una receta muy similar a la actual carbonara.
Se dice que fue inventado por un chef, miembro de los “carbonari” un grupo de revolucionarios que lucharon contra la ocupación austriaca en el Norte de Italia (siglo XIX); otros suelen contar que fueron los norteamericanos al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando entraron en Roma en 1945, quienes a fuerza de pedir bacon y huevos, consiguieron que los cocineros romanos inventaran tan deliciosa salsa.
Hay teorías que afirman que era una comida típica de los mineros del carbón de los Apeninos, de ahí su nombre, carbón se dice “carbonari” en italiano; otros indican que se debe al uso de la pimienta negra, que parece carbón sobre el blanco de la salsa en sí.
Lo que sí es cierto, es que la salsa carbonara tiene su origen en Italia, que es conocida en todo el mundo y que en “Mi cocina” quien la prefiere y quien la borda cuando la prepara en mi hija, Estefania.
Para prepararla:
Ingredientes: Espagheti (uso siempre de la marca Gallo, al huevo) o la pasta que prefieran, una cebolla blanca dulce (cortada en trozos pequeños), 50 gramos de bacon cortado en trozos, una yema de huevo, un bote de nata especial para cocinar (me gusta usar President, ligera), queso rallado (en ésta ocasión usé mozarella), aceite de oliva virgen extra (aunque sea un plato de origen italiano, por favor usen malagueño a ser posible, como mucho Andaluz), sal y pimienta negra recién molida.
Los pasos a seguir:
Poner un chorreoncito de aceite en una sartén, echar la cebolla, salar y pochar a fuego lento (con cuidado de que no se llegue a quemar). Pasado unos minutos añadir el bacon y freírlo junto con las cebollas.
Mientras cocer la pasta siguiendo las instrucciones del fabricante, en agua con sal y un poco de aceite. Cuando la pasta este en su punto, escurrir bien. Echar la nata, el queso rallado, la yema del huevo en la sartén; salar al gusto y remover bien a fin de que se liguen todos los ingredientes llevandolos a ebullición durante uno o dos minutos. Echar la pasta (a mis hijos les gusta que se corte los espaghetis en trozos pequeños), remover bien, espolvorear con pimienta negra recién molida. Servir muy caliente.
¡¡Buen provecho y que pasen un buen fin de semana!!