Revista Cocina
Es tiempo de espárragos. Los entendidos dicen que los de abril para mí, los de mayo para mi amo, y los de junio para ninguno. Claro, que teniendo en cuenta el tiempo que tenemos este año, a saber el comportamiento que han tenido las plantas, nos tiene "a to quisque" despistados. El caso es que ya están aquí y es momento de aprovechar este manjar.
Hoy os traigo otra receta de mi madre, que la hacía con cierta frecuencia cuando llegaban las fechas apropiadas. Si me remonto a lo lejos recuerdo que se los traían a casa en cestas de mimbre algunas mujeres vendedoras que los buscaban por los campos. Aquellos eran los típicos silvestres, finos, con cabeza violeta y amargos. Los auténticos y más apreciados. Después fueron llegando cada vez menos, era difícil encontrarlos. Ni que decir tiene que los niños no comíamos espárragos, era cosa de mayores.
Pronto empezaron a cultivarse a fondo y su consumo se extendió ganando terreno, y para mí que los mejoraron, consiguieron un híbrido más cercano a mi paladar, yo no participo mucho de tanto amargor (es cuestión de gustos y ahí no entro, cada cual es libre de elegir).
Al principio, cuando ya mi madre pensó que era momento propicio de dárnoslos a probar, no creáis que me hacían "mucha gracia", ella seguía insistiendo y nos los ponía de mil maneras, en sobrehusa, en tortilla, en sopa, al ajillo...En casa se comía verdura y allí no había excusas para rechazarla.
Y... como son las cosas, llega el día en que hasta te gustan. Ahora me encantan. Estaría muy mal que no os contara de qué va esta receta, porque está deliciosa.
Ingredientes:
- Espárragos, 2 manojos.- Ajos, 3 medianos.- Rebanadas de pan del día anterior, 3.- Pimentón, 1 cda. colmada.- Vinagre de Jerez ½ vasito.- Agua.- Aceite de oliva.- Sal.
Elaboración:
Lava bien los espárragos y trocéalos parejos. Desecha los cabos duros.
Sofríelos en cuatro cdas. de aceite, a fuego no muy alto, hasta medio reblandecerlos, con un poco de sal.
A medio reblandecer los espárragos incorpora el pimentón y rehoga unos segundos nada más para que no se queme.
Remoja el pan y estruja, pela los ajos y quítales el germen. Ponlos en el vaso de la batidora. Añade el vinagre con un poco de agua y tritura bien.
Incorpora el majado y añade algo más de agua que deje cubiertos los espárragos. Sala a tu gusto (cuidado que cogen mucho la sal). Deja hervir a fuego medio hasta que la salsa se haya vuelto brillante y aterciopelada.
Sirve bien caliente. Ahhhh! le sientan de maravilla los huevos fritos.