Han sido nuestras amigas de La Cocina Typical Spanish quienes me han ayudado a rescatarlo y traerlo hasta aquí, donde debe estar. Veréis...ellas querían, en su propuesta de este mes Viva la fruta, invitarnos a que preparáramos nuestros postres con fruta más tradicionales, aquéllos que nos preparaba nuestra madre cuando éramos pequeños y que los compartiéramos con todos.
Confieso que he estado mucho tiempo dándole vueltas a participar o no porque lo que me venía en mente era tan tan sencillo que no sabía si estaría a la altura. Pero ellas me animaron y aquí estoy. Es muy sencillo pero es el sabor de mi niñez y merece un sitio especial en este blog :-D
Tenía claro qué quería hacer pero...¿seguro que era un recuerdo de niña o me traicionaba mi mente? Pues claro, fui corriendo a preguntarle a mami, ella tenía que saberlo. Me conecté al chat (la tengo lejos, en Holanda) y le hice una sola pregunta: "Mami, ¿tu me dabas de pequeñita algo con fruta que me gustara mucho?" Y ella dijo: "Siiiiii, plátano con naranja...¿por?" Así que si, no estaba equivocada :-D
Os vais a caer de espaldas de lo difícil que es...jajajajajaja
Ingredientes: 1 plátano grande; 2 naranjas; 1 cucharadita de azúcar; mucho amor de madre.
Preparación: Exprimimos el zumo de las naranjas. Pelamos el plátano y en un bol lo cortamos en rodajitas finas. Añadimos el azúcar y el zumo de naranja y removemos bien. Tomar inmediatamente.
Es ideal como postre, como merienda, como desayuno...El plátano aporta hidratos de carbono, minerales como el potasio, vitaminas A, C y ácido fólico y taninos, mientras que la naranja aporta vitamina C y pequeñas cantidades de vitamina B y A, fibra, y minerales como magnesio, potasio, calcio y hierro. Y el azúcar nos aporta energía para nuestro cerebro ¿Qué más queremos para un niño? ¡Nuestras madres son sabias!
Con esta receta taaaaaaaaaaaaaaaaaaaan complicada quiero participar en la iniciativa Viva la fruta Typical Spanish ¡y que no perdamos nunca los sabores de nuestra niñez!.

Y no quiero cerrar esta entrada sin dedicársela a mi mami, a la que no tengo físicamente al lado pero a la que tengo presente cada día. Gracias mami por darme mis sabores más primarios. ¡Te quiero!

