Un grupo de investigadores del Instituto para la Medicina Regenerativa Wake Forest, en Estados Unidos, dice haber desarrollado una impresora 3D capaz de imprimir tejido humano a gran escala. Lo hace utilizando una "tinta" en la que se mezcla un plástico biodegradable con células humanas, y con la que pueden crear tejidos orgánicos como músculos, cartílagos o huesos.
Esta impresora ha sido presentada hoy en la revista Nature Biotechnology, y con ella podrían haberse superado dos grandes obstáculos: conseguir que los tejidos sean capaces de sobrevivir y que puedan seguir creciendo una vez implantados. Ahora ya están comenzando las investigaciones necesarias para poder empezar a probarlos en humanos.
Anthony Atala, científico jefe de la investigación, afirma que esta es la primera bioimpresora capaz de imprimir a gran escala tejidos que podrían implantarse en humanos. También explica que una vez han impreso la estructura, pueden mantenerla viva durante varias semanas hasta que sea finalmente implantada.
El secreto está en la masa
Hasta ahora este tipo de impresoras sólo eran capaces de imprimir tejidos de unos tamaños de hasta 0,007 pulgadas. Este nuevo modelo, llamado Integrated Tissue and Organ Printing System o ITOP, parece haber superado estas barreras mezclando las células de músculos y cartílagos, e incluso células madre obtenidas de líquido amniótico, con otro material plástico biodegradable.
Este plástico llamado policaprolactona tiene como misión el mantener las formas con las que se imprimen los tejidos mientras las células van creciendo y enraizándose en los organismos. Después se va degradando hasta que sólo quede tejido orgánico.
Tal y como aseguran sus creadores en su artículo, el ITOP va alternando plástico y material orgánico. Esta alternancia entre blando y duro parece ser la clave por la que dicen estar consiguiendo que los tejidos sobrevivan, crezcan y mantengan la integridad estructural necesaria para poder ser implantados con garantías.
En sus primeras pruebas han implantado en animales cartílagos con forma de oreja, fragmentos de huesos creados mediante células madre y tiras de músculo, y dicen haber comprobado que estos tejidos sobreviven al no ser rechazados por unos cuerpos que los aceptan haciendo crecer vasos sanguíneos en ellos.
Después de estos esperanzadores primeros resultados, los investigadores están empezado a probar la seguridad a largo plazo de sus impresiones. Si todo va según lo previsto, su intención es la de desarrollar pronto unos tejidos implantables en cuerpos humanos, y revolucionar así el mundo de las prótesis tal y como hoy lo conocemos.