El esperado proyecto de ley sobre clima y energía, que se hizo público ayer, apuesta por un cambio radical. Al promover el desarrollo de energías más limpias no sólo busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, desde el punto de vista social y económico se espera que cree empleos y que reduzca la dependencia de los combustibles fósiles.
Tal y como se había ofrecido en Copenhague, se establece reducir en 2020 las emisiones de CO2 en un 17%, con respecto a los niveles existentes en 2005, y llegar a un 80% de reducción en 2050. Se recompensará a las empresas que recorten sus emisiones de gases de efecto invernadero, pero incrementará los costes para quienes no lo hagan. Un punto innovador es que señala cifras y fechas concretas.
La ley se centrará, principalmente, en los grandes contaminantes, las pequeñas y medianas empresas no se verán afectadas por la normativa. Del mismo modo, se pretende dar ayudas especiales para que los costos adicionales no repercutan en las economías familiares y locales.
En lo referente a la producción de energía, se promueve abiertamente la energía nuclear. Adicionalmente, se ofrecerán incentivos a las compañías que desarrollen tecnologías limpias, tanto para la generación de energía como para la captura y almacenamiento de carbono. La ley incluye también un apartado referente a la explotación petrolera de los fondos submarinos, con el fin de evitar en el futuro los efectos de los derrames como el que ahora afecta al Golfo de México. Según se estipula, se podría prohibir la actividad extractiva que se encuentre a menos de 75 millas de las costas.
Por otro lado, para las empresas se abre la opción de participar en programas de compensación de emisiones, mediante los que obtendrían créditos participando en diversos proyectos, priorizando el esfuerzo doméstico sobre el internacional. Sin embargo, y tal como apuntan desde Conservation International, la ley no aprovecha una de las opciones más efectivas: detener la deforestación. La creación de un mercado que permita a las empresas norteamericanas invertir en proyectos de conservación de bosques tropicales contribuiría a alcanzar los objetivos de reducción de emisiones a nivel mundial.