Estar o no estar

Me quema la impaciencia, estoy pero no estoy

Reincidentes

Después del calor llega el frío. Un axioma tan evidente que me avergüenzo del tópico. 188 ejemplares apilados son un montón de recuerdos guardados en cajas de cartón. La etapa terminó con el británico vestido de amarillo, la siesta imposible balbuceando nombres que no conocía. La hora del Tour de Francia. Y no detenerse. Soy un hombre peligroso para el Gobierno. Escribo libros y leo, pero me encantaría conocer los entresijos del nuevo organigrama de Rajoy. Cuando todos seamos terroristas, ¿a quién van a amedrentar con el adjetivo? Tal vez sustantivo. Pero soy peligroso porque, y tú lo sabes, antes de hablar de reformas, de recortes, de huelgas... hablo de ti. Por eso me vigilan. Por eso analizan mis correos electrónicos y los mensajes de Facebook. Mis calenturientas tardes de embalse y digitalización acechadas por la CÍA o por Mortadelo, más hispánico. No me preocupa la prima de riesgo, me preocupan los escondites. La noche. El sexo indocumentado. La siesta.