Revista En Femenino

Estivill delira...

Por Tenemostetas
Por Ileana Medina Hernández
"Mamá, ¿por qué si yo soy pequeña y tengo miedo, he de dormir sola, y ustedes que son grandes duermen acompañados?".
Estivill delira...
El dr. Estivill arremete de nuevo. Anuncia un nuevo libro denominado algo así como "pediatría con sentido común para padres con sentido común" y también anuncia una nueva edición de su ya tristemente célebre Duérmete niño, que según él mismo dice ha vendido más de tres millones de ejemplares.
Ya sabemos que cuando algo se anuncia de un modo es porque es precisamente lo contrario. Un libro escrito por Estivill y que se llama "con sentido común" es igual a los embutidos de una conocida marca que se anuncian como "sanísimo". O las pizzas congeladas que se venden como "comida de la abuela".
Lo que menos tiene es realmente "sentido común". El sentido común -y la historia de la humanidad- le dice a una madre que coja a su hijo en brazos cuando llora, que le consuele, que le amamante, que le duerma en brazos, que le cante, que le acompañe... justamente lo contrario de lo que este señor vende.
Este señor, especialista en trastornos del sueño, encontró la gallina de los huevos de oro: si digo que los niños (que normal y naturalmente se despiertan de noche) tienen un trastorno del sueño, tendré como clientes potenciales ¡a todos los bebés y niños del mundo! Bueno, a sus padres, desinformados, cansados, explotados laboralmente, y/o desconectados de su esencia emocional. Los bebés son las víctimas. Precisamente porque despertarse de noche no es un problema ni un trastorno ni una enfermedad en los bebés y niños pequeños.
Además, este señor, en su afán lucrativo, tiene una gran deshonestidad intelectual. Sí, simple y llanamente miente.
Miente cuando omite en su libro toda referencia bibliográfica, escamoteando a los lectores que su método es el creado por el Dr. Ferber (quien a su vez además se inspiró en otro libro publicado ¡en 1895!). Miente, porque su famoso libro del metodito fue redactado por una periodista, que aparece como coautora (siempre hay "coautores" en sus libros). Si él no creó el método, ni tampoco escribió el libro: ¿qué ha hecho este señor más allá de crear una marca con su apellido, y extenderla con sus tentáculos comerciales a todos los ámbitos: la alimentación, la adopción, la crianza, la pediatría en general...?
Estivill, junto con la industria editorial, han creado una marca comercial de divulgación del adiestramiento conductista en la crianza infantil, con unos cien años de retraso.
Métodos crueles que han existido siempre, y que tomaron cuerpo en la primera psicología que quiso ser científica. Son MÉTODOS DE EXTINCIÓN DE RESPUESTA: el niño deja de llorar porque aprende que no va a ser atendido. El niño come algo que no le gusta o que no necesita (lo que sea que el progenitor le haya puesto en el plato) por miedo al castigo, o porque no le queda más remedio.
ES LA PEDAGOGÍA NEGRA DE LA RESIGNACIÓN. Qué triste. Enseñar a los niños que por mucho que lloren, sus demandas, sus necesidades emocionales, no van a obtener respuesta de las personas que más los quieren: sus propios padres. Y de paso, fomentar la deshumanización y la industria del sucedáneo: el cuerpo y el abrazo sustituidos por el chupete, el muñeco de peluche, las luces móviles, las cunas sofisticadas.
Y miente finalmente cuando se autoproclama "la voz de la ciencia", porque precisamente su especialidad, la neurofisiología, en los últimos años ha ido por los derroteros contrarios: está demostrando los grandes estragos que las hormonas del estrés (el cortisol, la adrenalina...) hacen sobre el cerebro, sobre todo cuando está en formación, como es el caso de los bebés humanos.
También los antropólogos han demostrado que el sueño infantil, a lo largo de toda la historia y la evolución humanas, ha sido siempre discontinuo, y por supuesto, acompañado, como en el resto de primates y mamíferos.
Los niños se despiertan de noche porque necesitan cerciorarse de que las personas que les cuidan están cerca. Que les quieren y les protegen. Todos somos descendientes de los que se despertaron. Porque los que no lloraron, se los comió el lobo. Por tanto, despertarse de noche y demandar compañía es UNA CONDUCTA ABSOLUTAMENTE NORMAL -y hasta deseable- en los niños pequeños. Son bebés "despiertos", que velan por su vida. Es una señal de inteligencia, es una estrategia de supervivencia.
Y la conducta normal, de todos los progenitores a lo largo de la historia, ha sido la de acompañar a los bebés en sus despertares, darle la teta, un abrazo, una nana, mecerlos o pasearlos, para que vuelvan a reanudar el sueño. La mayoría de los bebés del planeta duermen acompañados por sus progenitores, como debe ser.
Despertarse de noche, Sr. Estivill, no es un trastorno en un niño pequeño, a menos que lo que quiera usted con sus métodos sea crear de verdad fobias y miedos que provoquen insomnio en el futuro, y convertir a los padres en los clientes de hoy, y a los niños en sus clientes del futuro.
Los terrores nocturnos y las pesadillas no son "normales" a los 3, ni a los 4, ni a los 5 años, como dicen algunos libros y sostienen algunos pediatras. Más bien son la consecuencia de dejar a los niños solos toda la noche. Normal que sientan miedo, normal que quieran estar acompañados. Sí, son habituales en una cultura de la soledad como es la nuestra. Pero no biológicamente normales.
El sueño es un proceso madurativo, y como tal, con los años se va alcanzando  la capacidad de dormir solos y de un tirón, desde la seguridad, el apoyo y la compañía mucho mejor que desde la soledad y la negación de las necesidades afectivas.
Una hija de una amiga le preguntó a sus padres un día: "mamá, ¿por qué si yo soy pequeña y tengo miedo, he de dormir sola, y ustedes que son grandes duermen juntos?". Una reflexión demoledora.
No se trata de ciencia, señor Estivill: se trata de humanidad, de empatía, de amor. Algo que usted probablemente no conoció de niño, y que arrastra y proyecta hacia el resto de la humanidad.
Se autoproclama usted "la voz de la ciencia", el traductor para ignorantes de un conocimiento exclusivo. Dice usted que nadie en el mundo científico ha criticado sus métodos. Pero no es así. Si nadie en la comunidad científica se hubiera pronunciado, sería una vergüenza para la ciencia (y no sería la primera vez), pero no es verdad.
La neurofisiología es su especialidad: estudie lo que está diciendo sobre los efectos de las hormonas del estrés en el cerebro humano, más en los bebés y en los niños pequeños. Estudie lo más actual sobre la gestión de las emociones y la configuración neuronal. Su ciencia para incautos se ha quedado en el siglo XIX.
Los padres que necesitan que sus hijos duerman solos, son responsables de lo que hacen. Pero no se puede vender como algo científico, ni educativo, ni beneficioso para los niños. Es sencillamente anacrónico, falaz e inadmisible.
Y a usted, y a los demás que le leen, les dejo un amplio listado bibliográfico, sustentado por otros profesionales, tan científicos como usted:
Firmada por varios médicos, pedagogos y profesionales: Declaración sobre el llanto de los bebés
González, Carlos: Bésame mucho, Temas de Hoy, 2006.
Gutman, Laura: No quiere dormir solo
Jové, Rosa: Dormir sin lágrimas, La Esfera de los Libros, 2006.
Jové, Rosa: Crianza Feliz, La Esfera de los Libros, 2009.
Gerhard, Sue: El amor maternal, Albesa, 2010.
Sunderland, Margot:  La ciencia de ser padres, Grijalbo, 2007.
Small, Meredith: Nuestros hijos y nosotros, Crianza Natural, 2006.
Y revisar los listados bibliográficos correspondientes que se citan en todos esos libros.
Que cada uno elija su opción, pero que nadie se autoproclame como la voz de la ciencia.
La cuestión es que hay crisis, y Estivill quiere vender libros, para que sus nietos no la noten. 
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