Al punto de la obsesión por entender el origen de ciertas actitudes de las que ya he hablado varias veces en este blog, tengo que admitir la derrota y renunciar para siempre a continuar pensando en el asunto.
Como ejemplo uso el de siempre, un tipo que para avalar un prejuicio reniega de la veracidad de los periódicos, y para avalar otro prejuicio, utiliza las tapas de los periódicos como verdad irrefutable.
Si los medios hablan a favor de Riquelme, mienten, y quienes creen en los medios son tontos, sin embargo, los mismos medios dicen la verdad y hay que creerles cuando dicen que Maradona es poco menos que el diablo.
No merece mucho análisis, es demasiado obvio, y no entiendo cuál es el sentido de mentir de manera tan evidente. Es entendible cuando son los medios quienes incurren en estas actitudes, porque hay intereses de por medio, y porque están convencidos de que el público no tiene ninguna capacidad de análisis y que se cree todo lo que le dicen. Pero en un blog... Obviamente va más allá de un simple gusto futbolístico.
Es cierto que los hinchas asignan un nivel superlativo de importancia al fútbol porque es el único lugar en el que pueden sentirse protagonistas de algo. Les han quitado tantas cosas, han soportado tales injusticias, que el fútbol les da un escape, y a veces no advierten que perjudican con actitudes poco humanas a su propio club. Obviamente, no es el caso de algunos blogueros a los que no he podido entender nunca.
Como me dice un amigo, el ruso Jorge de Villa Luro, habrá que tomárselo en chiste. ¿Será una parodia y yo me lo estoy tomando en serio? No sería raro debido al escaso riego de meninges que me caracteriza.
Lo único cierto de todo es que me rindo, no soy capaz de entenderlo, y renuncio a seguir pensando en el asunto. Qué frustración.