“Little boy” es la última película de Eduardo Verastegui, conocido intérprete mexicano que triunfó en Estados Unidos como actor y como modelo, antes de su decisiva conversión al catolicismo en el año 2004. Desde entonces, se ha empeñado en hacer películas que promuevan los valores cristianos.
“Little boy”, de cuya producción hablamos ya en este blog, transcurre en un pequeño pueblo de Estados Unidos a principios de los años cuarenta. Narra la historia de un niño de ocho años que es rechazado y maltratado por sus compañeros. “Eso no le importa –señala Verastegui– porque se refugia en el cariño de su padre. Un día su papá es reclutado por el ejército americano y conducido al Pacífico, donde es hecho prisionero por los japoneses. A partir de entonces, el niño tendrá que enfrentar la vida él solo”.
La película se estrenó ayer, 24 de abril, en Estados Unidos. Y con éxito destacable (1’5 millones de dólares en su primer día de recaudación). El 15 de mayo se estrena en México, y después del verano llegará a toda Europa.
Sin embargo, la cinta ha conocido un “estreno” más íntimo y emotivo. El 23 de abril, un día antes de la première mundial, Verástegui fue recibido en el Vaticano por el Papa Francisco y entregó al Santo Padre una copia privada, doblada al español especialmente para él. Poco después, Eduardo contó a los medios que le preguntó si podía romper el protocolo para abrazarlo: “Él me dijo: ¡Claro que sí!Lo abracé, me dio dos palmadas en la espalda, y me susurró: ´¡Rece por mí!´ Fue un momento mágico para mí”.
En este reportaje de Rome Reports, en el que se da noticia del argumento y se recogen algunas escenas, aparecen más declaraciones del actor mejicano. Sin duda, se trata de una película interesante, a la que conviene seguir la pista.