Pasé de amarte a destajo a quererte con sosiego.
Del estado de Ansiedad a mi isla de Serenidad.
Pasé de sentir cómo se fugaban los días a tu lado a atarlos todos en ramos de primaveras.
Del fuego que consume al calorcito que proporciona tu mirada.
Pasé del amor ciego a una ternura palpable.
De arreglarme en el espejo a ponerme guapo ante la luna de tus ojos.
Pasé del latido agitado del corazón al arrullo de agradables pensamientos.
Del aleteo de mariposas en mi estómago a las patadas de otra vida en tu vientre.
Pasé de mirar el reloj cada segundo a enterrar sus manecillas en tu mundo.
De ser atacado por tus abrazos a negarme a sacar la bandera blanca de rendido.
De la locura de amor a la cordura de amar.
Pasé de acelerar mi vida a frenar ante cada curva de tu cuerpo, recreándome en el paisaje.
De ser un volcán ardiente a hundir en el cráter de tus entrañas la simiente.
De vivir en una nube a mudarme a un barrio de tu alma.
Pasé del cielo al limbo porque mi amor inmaduro está todavía creciendo.
De no poder concentrarme a diluirme en tu sonrisa.
Pasé de la pasión al deseo sin olvidar el atajo cuando te veo.
De que me quitaras el hambre a alimentarme en tu compañía.
Pasé de renunciar a todo a no necesitar nada más que a ti.