¿Existe la suerte?

Hoy os traemos una breve reflexión acerca de un concepto que los humanos venimos utilizando desde hace miles de años pero de cuya existencia aún no tenemos la completa certeza. Se trata de la suerte.

Sin duda, expresiones como “¡qué suerte he tenido!” o ¡esa persona tiene mucha suerte!” están muy presentes en nuestro día a día. Muchos juegan a la lotería convencidos de que les va a tocar el premio gordo y otros se encomiendan a piedrecitas y talismanes a la hora de superar un examen. Pero… ¿existe realmente la suerte?

Desde nuestro punto de vista, la cuestión no estriba tanto en aceptar o negar la existencia de la suerte, sino en el problema que supone definir el concepto: ¿qué podemos considerar realmente como tener suerte?

Dado que todo en esta vida resulta bastante relativo, y tal y como comentábamos en nuestro artículo sobre la psicología cognitiva también depende mucho de cómo nosotros mismos construyamos nuestra realidad, desde SomosPsico abogamos por una enorme dificultad para definir adecuadamente el término.

Pongamos un ejemplo. Imagina que mañana mismo te tocase la lotería. Seguramente te volverías loco de contento, gritando y corriendo de un lado para otro. Más adelante, podría ocurrirte que el hecho de haber ingresado mucho dinero tan de repente te lleve a invertir grandes cantidades en un negocio que a la larga resulta no funcionar y acaba por arruinarte.

No queremos ser agoreros, pero es algo que puede ocurrir. Incluso está demostrado que a la larga, la enorme mayoría de las personas a las que le había tocado la lotería no manifestaban ser más felices que antes, y en muchos casos el haber ganado tanto dinero sólo les había traído problemas familiares o les hizo desarrollar una psicopatología previa que mantenían latente, como es el caso de la manía.

Por poner un ejemplo opuesto, algo que podemos considerar en un principio negativo puede acabar convirtiéndose en algo positivo. Podría ser el caso de suspender un examen. Aunque en un principio no le veas el lado bueno por ningún sitio, quizá te sirva para interesarte más por esa materia y acabes dedicándote a ese campo durante el resto de tu vida.

Como hemos comentado anteriormente, esto sólo se trata de una reflexión, la cual quizá pueda ayudarnos a valorar las cosas en su justa medida. Puede ser una buena idea que aprendamos a tomarnos las cosas con la relatividad que presentan, sin dar por hecho que siempre ocurrirán cosas malas o sin pensar que ya está todo hecho.

Sinceramente, creemos que la suerte no es más que un azar presumiblemente favorable, pero que en el fondo sigue siendo azar. Las connotaciones que traiga serán, por tanto, las que cada uno queramos ponerle.

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