Ha pasado una semana desde que el popular servicio de alojamiento de archivos Megaupload dejó de existir. Su cierre, llevado a cabo por el FBI, ha provocado importantes cambios en la distribución a través de Internet de contenidos protegidos por derechos de autor. En primer lugar, el resto de servicios similares al creado por el ya popular Kim Dotcom han caído víctimas de un efecto dominó por miedo a ser los siguientes en la lista de las autoridades estadounidenses.
Páginas de descargas como Zshare, Hotfile y Fileserve, y otras de visionado en streaming como Videobb y VideoZer comenzaron en seguida a realizar borrados masivos de contenidos que violaban la propiedad intelectual. Fileserve eliminó además el sistema de recompensas para los usuarios que subieran contenidos a sus servidores. Por su parte, Filesonic ha suprimido la posibilidad de compartir archivos, por lo que su filosofía ha quedado algo desvirtuada. La decisión de Uploaded.to ha sido algo más arriesgada, ya que ha decidido seguir adelante con sus actividades aunque sin ofrecer servicio a Estados Unidos.
Por otro lado, aunque Rapidshare asegura no haber borrado contenidos de forma masiva, a día de hoy es muy complicado encontrar música y películas con derechos de autor en dicho servicio. Algo similar sucede con Mediafire. Ambas webs aseguran que su negocio es diferente al de Megaupload, que no recompensan a los internautas por subir contenidos y que sus servicios son comparables a los de SkyDrive, iCloud o Dropbox.
Otro efecto significativo del cierre de Megaupload ha sido el gran incremento que ha experimentado el uso de redes P2P. Aplicaciones como BitTorrent, Ares o eDonkey han recuperado parte del protagonismo arrebatado en los últimos años por las descargas directas y los visionados en streaming. Viendo los datos de tráfico en Europa, desde el mismo momento en que la página dejó de funcionar, el uso de las redes P2P (en naranja) pasó de ser meramente testimonial sin aparecer en las gráficas para pasar a representar hasta picos del 15% del consumo de ancho banda en Europa.
Aún es pronto para saber si la desaparición de Megaupload ha afectado y, si lo ha hecho, en qué medida a los negocios "legales" de distribución de contenidos, tanto físicos (salas de cine, ventas de discos...) como digitales (tiendas y videoclubs online). La oferta de contenidos de pago ha aumentado de forma significativa en los últimos años y los creadores confían en que derechazos como el sufrido por Megaupload y el desarrollo de normativas antipiratería como la ley Sinde, la ley Hadopi o la ley SOPA ayuden a la industria del entretenimiento audiovisual a mejorar su situación actual.
Oferta de cine y música en Internet- Filmotech: Creado por EGEDA en 2007, este portal ofrece un catálogo de películas, en su mayoría españolas, para su visionado en streaming con calidad similar a la del DVD por 2 o 4 euros. Los alquileres, de 24 horas, comienzan en el momento en el que se da al 'Play' y el pago puede realizarse vía SMS, llamada a un 905, PayPal o tarjeta de crédito. Actualmente tiene acuerdos con 340 productoras. Técnicamente funciona muy bien y la usabilidad está muy cuidada. Su gran problema es que el catálogo, pese a estar en constante crecimiento, aún carece de la mayoría de grandes éxitos de las salas y no cuenta con el atractivo de las series de televisión.
- Filmin: Esta página web de películas independientes ha ganado una gran popularidad en los últimos meses gracias a que, en medio de la vorágine mediática de la ley Sinde, ha sido citada a menudo como una buena alternativa "legal" de visionado de películas. Con un catálogo de algo más de 1.600 filmes, la web ofrece el visionado de películas por el asequible precio de 1,95 o 2,95 euros. Otra opción es la suscripción premium, que puede ser de un mes (15 euros), tres meses (30 euros) o un año (110 euros). Ésta permite ver todas las películas que se desee en calidad HD y en diversos dispositivos, desde el ordenador hasta la PlayStation 3, el iPhone o el iPad.
- Cineclick: De origen español, este videoclub online maneja un fondo compuesto por más de un millar de películas ordenadas en 20 géneros, los cuales abarcan desde ciencia ficción y musicales a comedias o cortometrajes. Ofrece alquileres de películas online durante 24 horas a partir de 0,99 euros. Además, permite disfrutar de una selección de filmes de forma gratuita a los usuarios que se suscriban a su servicio y lo anuncien a sus amigos a través de las redes sociales. Posee un apartado de servicio técnico en el que se especifican las características técnicas necesarias para el correcto visionado de películas.
- Voddler: Uno de los últimos en llegar a España. Para disfrutar del servicio es necesario descargar e instalar un software específico. No posee opción de suscripción. En su lugar ofrece películas (la mayoría por 2,49 euros) que pueden verse durante 24 horas trasalquilarlas. También ofrece un considerable número de contenidos para ver en streaming. Actualmente, la página cuenta con un catálogo de 255 películas, 280 series y 5 documentales.
- Youzee: El servicio está aún en fase beta y funciona mediante invitación. Los usuarios pueden contratar una suscripción mensual por 6,99 euros, que permite el acceso a la mayoría de los contenidos, o por el alquiler individual, destinado para estrenos o títulos exclusivos. En el caso de los estrenos, los usuarios pueden disfrutar de una película o serie por 2,99 euros o 4,99 euros si es en alta definición. Además de la tarifa plana y el alquiler convencional, Youzee también ofrece contenidos en streaming gratuito con publicidad.
- Wuaki: Una de las plataformas online más atractivas de entre las disponibles en España gracias, sobre todo, a su catálogo. Ofrece más de 1.000 películas, algunas de gran actualidad, además de temporadas completas de series. Los precios van de 0,99 euros por el alquiler de una película a los 29,99 euros del pase completo para una temporada de una serie como The Big Bang Theory, por ejemplo. Quizá su mayor carencia es que no cuenta con una tarifa plana.
- Spotify: La plataforma sueca (foto) es la más importante de las asentadas en Europa, y acaba de desembarcar en EE UU. Ofrece tres posibilidades para escuchar música en streaming: Spotify free, en la que el usuario escucha gratis un número limitado de canciones con publicidad entre ellas; Unlimited, que ofrece música ilimitada por 4,99 euros al mes; y Premium, que por 9,99 posibilita además el acceso desde el móvil.
- Deezer: Con sede en Francia y recién estrenada en España, es una de las alternativas a Spotify. A diferencia de aquella, no es necesario descargar software. Su modalidad gratuita permite escuchar 30 segundos de cada canción. Los modos Premium- y Premium+ ofrecen lo mismo que la firma sueca y al mismo precio. Cuestión de gustos.
- Rara: Otra recién llegada, en este caso desde el Reino Unido. Ofrece una suscripción de solo 99 céntimos para escuchar en el ordenador, y 1,99 euros si se añade el móvil. Eso sí, a los tres meses el precio se iguala al de Spotify y Deezer: 4,99 y 9,99, respectivamente.
Netflix, la promesa que no llega
El servicio más popular de distribución de series y películas a través de Internet es Netflix, la demostración de que los negocios de este tipo son viables. En Estados Unidos ya se ha consolidado y, después de llegar a América Latina en diciembre de 2010, el servicio ha dado el salto a Europa. En concreto, Netflix ya está disponible en Reino Unido, donde se ha estrenado ofreciendo sus contenidos por 6,99 euros. Su catálogo, sus características multiplataforma y su precio son sus principales valores.
Desde hace varios meses se viene especulando con su llegada a España, pero por el momento no se ha dado el caso. Tras el lanzamiento en Reino Unido los rumores aumentaron, pero la compañía no ha confirmado fecha. Según informó el diario francés Le Figaro, España estaba en el punto de mira de la compañía para convertirse en uno de los primeros países europeos en recibir Netflix. El rotativo avanzó, incluso, que el servicio llegaría antes que a Reino Unido o Francia. Finalmente no ha ocurrido así, pero el lanzamiento británico sí es una muestra de que Netflix está empezando a moverse con paso firme en Europa.