Recreación de un exoplaneta de lava.
(Fuente: www.wikipedia.org)
El origen de estos planetas podría explicarse mediante tres teorías. La primera de ellas dice que el exoplaneta está en las primeras fases de su formación, es decir, un planeta terrestre que acaba de nacer y cuya corteza no se ha enfriado. La segunda habla de un exoplaneta que acaba de recibir un potente impacto de un cuerpo significativo, el mismo proceso que vivió la Tierra durante su enfriamiento. Un cuerpo del tamaño de Marte, llamado Tea, impactó contra nuestro planeta y parte del material empezó a orbitar hasta formar lo que hoy conocemos como la Luna. Por lo tanto, podríamos decir que la Tierra fue durante algún tiempo un planeta de lava. El tercer caso es el más interesante y el más duradero a largo plazo, ya que se trata de un fenómeno permanente.
Es muy probable que los planeta de lava estén orbitando muy cerca de su estrella. Si el susodicho tiene una órbita muy excéntrica, la gravedad de la estrella cercana distorsionaría el planeta periódicamente, provocando una gran fricción que aumenta el calor interno. Esto se traduciría en la fundición de las rocas de la superficie por el calentamiento de marea. Se cree que este proceso sucede en cuerpos como Europa e Ío, generando géiseres y una intensa actividad volcánica respectivamente. Esto último es lo que se daría en los planetas de lava pero a una escala mayor que en Ío. El calentamiento por marea pasaría a la superficie a través de un vulcanismo mucho más activo que el de la luna de Júpiter o el de la Tierra. Además, en estas circunstancias, la cercanía a la estrella provocaría que la radiación fuese tan intensa hasta poder fundir la corteza del planeta.
Como hemos visto, el planeta estaría anclado gravitacionalmente, produciendo un gran océano de lava en la parte diurna y lluvias de roca en la parte nocturna. La lluvia surgiría de la condensación de la roca vaporizada procedente del mar de magna, cuyas nubes se trasladarían a la parte más fría del planeta para precipitar. Otro fenómeno que podría darse en planetas de este tipo son las placas tectónicas similares a las de la Tierra, lo que conllevaría posibles terremotos y actividad volcánica.
Por las condiciones descritas a lo largo de la entrada, es lógico suponer que se trata de planetas donde la vida es prácticamente imposible. Sin embargo, si nos adentramos mucho en el terreno de la ciencia ficción, podríamos suponer algunas formas de vida con una bioquímica muy diferente a la terrestre. No podemos negar nada, pero tampoco podemos afirmarlo.
Un ejemplo de exoplaneta de lava es COROT-7b. Se trata de un exoplaneta que, junto a COROT-7c, forma el sistema de la estrella COROT-7. Fue descubierto en 2009 y durante un tiempo fue el exoplaneta más pequeño (este título lo ostenta ahora Kepler-37b, del cual ya hemos hablado en el blog). Tiene un diámetro de 1,7 veces el de la Tierra y una masa entre 5,6 y 11 veces la de nuestro planeta. Al igual que el resto de teóricos pl.etas de lava, COROT-7b orbita muy cerca de su estrella, una 1/23 parte la distancia entre Mercurio y el Sol. Concretamente, su periodo orbital ronda las 20 horas. Gracias a posteriores medidas, los científicos saben que la densidad del planeta es de 5,6 g/cm3 y tiene una composición similar a la de nuestro hogar, pero con menos hierro.
La temperatura superficial de COROT-7b es entre 1800 y 2600ºC, por lo que podría estar cubierto de vapor de agua o lava. Otras teorías también defienden que podría ser un planeta ctónico (núcleo sólido de un gigante gaseoso que ha perdido toda su atmósfera), del cual hablaremos en otra entrada. Sin embargo, la órbita tan pequeña (la menor descubierta hasta ahora) y las altas temperaturas de su superficie, dan por casi seguro que se trate de un planeta de lava, pero habrá que esperar si queremos confirmarlo.