Este emblemático lugar de apenas 26 metros cuadrados lo podemos encontrar dentro del mercado de Abastos, y aunque mi experiencia no ha sido muy amplia (de momento), puedo decir que es un lugar idóneo para tomar unas cañas cuando el sol calienta.
Con un ambiente minimalista aplicable (también a sus tapas) bohemio pero a la vez modernista y con ese toque sutil que se distingue, presentan sus tapas y/o raciones a través de una pantalla y sobre platos de pizarra.
Entre ellas podemos encontrar el polvo a grella/pulpo a la plancha o salmón con menta, o la deliciosa empanada de atún, típica en Galicia.
Todo lo que sirven lo elaboran con productos frescos de primera calidad, que ellos mismos compran en el mercado diariamente.
Lo que me llamó la atención es que entre sus mesas te dicen como tienes que sentarte; osea, si sois dos personas: uno en frente del otro...no puedes sentarte como te apetezca, ese es el punto que no me agradó mucho, pero bueno, supongo que es algo protocolario.
Tienen un servicio muy agradable y con una atención personal muy agradable ya que en el momento de servirte la tapa te explican que es lo que lleva y como ha sido cocinada y al cabo de unos minutos te hacen una visita preguntándote que tal te parece o te ha parecido.