Allá por el año 1983, cuando la campaña de recolección de aceituna comenzaba en el “Puente de la Inmaculada” y el virgen extra era sólo una pequeñísima parte del groso de la producción, cuando nos poníamos rodilleras de gomaespuma para recoger una a una las aceitunas caídas del árbol y se cribaban los vuelos para llevarla al molino lo más limpia posible, cuando la aceituna se amontonaba por tiempo indeterminado en el troje de la fábrica mezclando suelo y vuelo y el envasado del aceite no era labor de las cooperativas, llega la primera Expoliva, una feria que para Jaén supuso contar con un lugar en el mapa y donde los pequeños agricultores descubrieron una serie de “aparatos” en los que había que invertir para seguir siendo los mayores productores del mejor “lampante”.
Aunque mi interés por la Feria era sólo por las gorras y bolígrafos que regalaban, reconozco que me llamó la atención que hubiera algún “forastero” hablando inglés por allí. Recuerdo a mi padre observar con interés y cierta envidia, aquellos tractores super modernos, las “orugas” para los terrenos empinados, los productos fitosanitarios que sin necesidad de cursos para su uso, se vendían a troche y moche prometiendo suelos limpios de hierbas y olivos cargados de fruto.
Durante los siguientes años, esta Feria fue afianzándose y ganando protagonismo, pero siempre enfocada a las fases de mejora del suelo y mecanización del campo y almazaras, aunque la existencia del Premio a la Calidad del Aceite de Oliva siempre hacía que muchos olivareros miraran con cierta envidia a los participantes.
La mejora en la producción y en la calidad del aceite, hizo que en 2009 se inaugurara por fin el primer Salon Intenacional Expoliva Virgen Extra con una exposición de 150 marcas de aceite de suprema calidad de todo el mundo y una serie de catas abiertas para valorar los aceites presentados.
Con la mejora en la calidad del aceite y la consolidación de la producción de aceites tempranos, los productores han ido pidiendo un mayor protagonismo de este Salón, que si bien en la edición anterior ya supuso un salto exponencial, este año ha sido uno de los mayores éxitos de participación
Así, dentro del marco de Expoliva 2017, ha habido una serie de actividades enfocadas no sólo a la comercialización de los aceites, si no a dar a conocer sus calidades, la implantación del oleoturismo como diferenciación en el sector, y la gastronomía como fuente principal de prescripción.
En la propia Feria, se han hecho catas guiadas, presentaciones de los distintos aceites, tanto españoles como extranjeros, degustaciones de los mejores virgen extra venidos de los 52 países productores, se ha celebrado el XVIII Simposium Científico-Técnico EXPOLIVA…
Hemos asistido a presentaciones de productos, como la Oleocao, una crema de cacao y avellanas con aceite de oliva virgen extra realmente excepcional.
O el cuvée de las Bodegas Bio Pedro Olivares, Aplatinao, un vino de la Sierra de Segura que ya tiene un lugar las bodegas más selectas.
También se habló de Oleoturismo, una actividad a la que cada vez se suman más almazaras, como es el caso de Oleícola Jaén, que a partir de ahora pasa a ser Grupo Oleícola, ya que, además de los excelentes aceites de oliva virgen extra monovarietales y coupage que elaboran, presentaron sus nuevos proyectos “Bioland”, una nueva orujera donde además de aceite de orujo elaborarán biomasa. O “Aoveland” donde además de reformar su actual almazara para que pueda visitarse, construirán un museo del olivo con sala de congresos y tienda, rodeados por un jardín del olivar con más de 50 variedades de olivos.
En esta edición de Expoliva 2017, también se ha celebrado el XVIII Simposium Científico-Técnico, con distintos foros y grupos de enfoque encaminados al estudio de la situación actual y a proponer distintas soluciones y vías de trabajo para la mejora del mundo del olivar.
Una de las presentaciones que causó más expectación en Expoliva 2017 fue la nueva vajilla de cata profesional de Elaia Zait, en la que se propone el “granate Jaén”, denominación dada por el Dr. D. Juan José Gaforio, como color de la copa, al velar totalmente los tonos del aceite. La prueba se hizo llenando dos copas, con agua y aceite y en las que pudimos comprobar esta característica.
Conferencias, encuentros científicos-tecnológicos, presentación de nuevos proyectos (destaco el de Formación de alumnos de Hostelería como Sumilleres de AOVE), resultados de estudios, firmas de convenios, junto con las actividades que, a su vez el Ayuntamiento de Jaén ha organizado, como catas en distintos puntos de la ciudad, visitas guiadas a nuestros monumentos, conciertos, etc… han hecho que Jaén siga siendo la Capital Mundial del Aceite de Oliva, de la que me siento mucho más que orgullosa.
Mucho camino queda aún por recorrer para que el aceite de oliva ocupe el lugar que le corresponde, pero cada vez se dan más pasos agigantados para conseguirlo.
Acabada la edición de Expoliva 2017, ya se está trabajando en Expoliva 2019. ¿Te la vas a perder?
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