Revista Cine

Factual: La Ley del Petróleo

Publicado el 19 abril 2012 por Fimin

19 de Abril del 2012 | etiquetas: Factual, Manel Carrasco  Compartir

Estos días el panorama económico anda aún más revuelto de lo habitual. Quién lo iba a decir, ¿verdad? Con la que está cayendo… Resulta que de un día para otro muchos españoles hemos aprendido que Repsol tenía una filial en Argentina (de ahí el dichoso YPF al final del nombre), y que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha decidido nacionalizarla. El acabóse vamos: Caídas en la bolsa, protestas airadas del gobierno, movimientos empresariales… Más allá de cifras, dimes y diretes, esta operación de alcance internacional nos recuerda el peso crucial de las fuentes de energía como elemento geoestratégico, político y, por supuesto, económico. Y ante esta reflexión nos hemos acordado de Gasland (2009), un documental sobre los peores efectos de la explotación de las fuentes de gas. ¿Os habéis planteado alguna vez si el agua del grifo puede arder? Echad una ojeada, que tiene tela.

Josh Fox vive muy feliz en una apacible zona boscosa de Pensilvania hasta que se entera que su casa está encima de una enorme reserva de gas. Las compañías interesadas en explotarla le ofrecen una cuantiosa suma para venderla, pero Fox decide informarse primero… y lo que descubre lo deja helado. El subsuelo norteamericano está lleno de bolsas de gas, y su explotación descontrolada y sin ninguna medida de seguridad está provocando graves daños en la población y el medio ambiente. Sin pensárselo mucho, Fox coge una cámara y emprende un viaje por todo el país, visitando casas afectadas por los procedimientos de extracción. Algunas historias son dramáticas, otras arrancan una carcajada de tan esperpénticas como suenan. Entre el agua contaminada y los campos infectados de chimeneas se dibuja el mapa de un territorio enfermo, erosionado por las ansias de acumular dinero a cualquier precio.

Gasland se sirve del documental como una herramienta de denuncia social, para dar voz a los que no siempre la tienen y poner rostro y color a una problemática terriblemente común. Fox se mueve por la inquietud de ver amenazado su entorno, consciente de que es tan víctima de lo que está pasando como las familias a las que entrevista. Pocos son los momentos en los que esconde su rabia y su preocupación en primera persona, en la línea de Michael Moore, pero su discurso no es exaltado y, quizá por ello, suena más efectivo. En 2009 se llevó una nominación al Oscar al mejor documental y el gran premio del jurado en Sundance, y no es para menos. Llena de imágenes poderosas, personalmente me quedo con una a mitad del metraje: En medio de un campo infestado por los efectos del gas, un vaquero al borde del llanto se plantea dejar el oficio de sus abuelos ante los efectos de la contaminación. Es como si el antiguo Oeste se cayera a pedazos. La quintaesencia del símbolo norteamericano destruido por la explotación de las compañías de gas. John Wayne llorando de rabia; eso sí es contundente.


Volver a la Portada de Logo Paperblog