En la ceremonia, el rector recordó que por aquellos años, cuando se fundó la Facultad, terminaba una época de gran confrontación ideológica y penurias económicas, en donde los universitarios defendieron la libertad de cátedra de la Universidad; también estaba por iniciar la Segunda Guerra Mundial, fruto de nacionalismos y xenofobias mal entendidos.
Rememoró que hace ocho décadas distinguidos universitarios como Ricardo Monges, Isaac Ochoterena y Antonio Caso decidieron reunirse y crear la FC, porque consideraron que era importante tener un sitio donde se cultivara la ciencia y se generara conocimiento. “Esta comunidad es el fruto de ese grupo generoso que con imaginación y a pesar de los problemas pudo ver hacia adelante”.La Facultad abrió sus puertas en 1939. En aquel entonces la Universidad tenía nueve mil 500 alumnos; hoy alberga a más de 356 mil. También en la actualidad, además de sus estudiantes e instalaciones, Ciencias cuenta con distinguidos profesores, un laboratorio nacional y más de 200 miembros del Sistema Nacional de Investigadores. “Tal es la fuerza y potencialidad que celebramos el día de hoy”. Por último, el rector refirió que es momento de imaginar y pensar el futuro de la ciencia en México, en los años por venir. Larga historia La directora de la FC, Catalina Elizabeth Stern Forgach, mencionó que hace 80 años, el 1 de enero de 1939, teniendo como director al ingeniero Ricardo Monges, la entidad inició sus actividades en el Palacio de Minería. Al comienzo se contaba con tres carreras y 111 estudiantes, de los que 32 eran de primer ingreso, y 59 docentes. Hoy cuenta con nueve mil 358 alumnos –más de dos mil de primer ingreso–, 510 académicos de tiempo completo, y más de mil 400 profesores de asignatura, refirió. Además, “empezamos con unos cuantos salones en el Palacio de Minería y hoy tenemos más de 70 mil metros cuadrados en nuestras tres sedes: Ciudad Universitaria, Sisal y Juriquilla”.La FC fue pensada cuando no había Internet ni se hablaba de hoyos negros o doble hélice, cuando no había TIC’s y nadie se preocupaba por el medio ambiente o el cambio climático. Sus objetivos fundacionales siguen siendo válidos: formar científicos comprometidos con su país y dispuestos a ayudar a la sociedad, a apropiarse del conocimiento y de sus beneficios.
Hoy, precisó Stern, “tenemos que seguir construyendo ciencia y utilizar nuestro ingenio y conocimiento para resolver problemas nacionales y de escala global, relacionados con la salud, el medio ambiente, los recursos naturales y la difusión del pensamiento crítico. De ese modo, se atienden problemas de frontera en biología, física y matemáticas, por ejemplo”.Acudieron al acto el exrector de esta casa de estudios, José Sarukhán; el secretario general de la Universidad, Leonardo Lomelí, así como Ana Rosa Barahona, integrante de la Junta de Gobierno, y Luis Felipe Rodríguez Jorge, investigador emérito del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica y miembro de El Colegio Nacional; autoridades universitarias, egresados distinguidos, investigadores, académicos, trabajadores y alumnos de la Facultad.