"El Príncipe de las tinieblas" también es recordado por sus habituales colaboraciones con Woody Allen
Pues aún con el recuerdo presente del hombre que diseñó Alien, otro hito más se nos ha marchado. El legendario director de fotografía Gordon Willis, conocido en el mundillo con el apodo de "el Príncipe de las tinieblas" debido a su estilo peculiarmente sombrío, ha muerto a los 82 años. Más famoso por su labor cinematográfica en la saga de El Padrino, de Francis Ford Coppola, Willis también trabajó con Woody Allen en algunas de las grandes películas que rodó en Nueva York, incluyendo Manhattan, Annie Hall, Zelig o La Rosa Púrpura de El Cairo. Asimismo, también colaboró con el fallecido Alan J. Pakula en el clásico de Todos los Hombres del Presidente, Klute o La Sombra del Diablo en 1997, su última obra para el cine.
Continúa conociendo el legado de este maestro, tras el salto.
Nacido en la neoyorquina Queens, Willis empezó a empaparse de los conocimientos en la fotografía durante su servicio en la guerra de Corea como fotógrafo y cartógrafo de las Fuerzas Aéreas. Antes de iniciar su carrera en el cine como ayudante de cámara, se abrió camino trabajando en anuncios publicitarios y documentales. Hizo su debut como director de fotografía con cuatro obras en el año 1970: End of the Road (Aram Avakian), Loving (Irvin Kershner), El Casero (Hal Ashby) y Juventud Pervertida (David Greene). Su virtuosa habilidad para jugar con las luces y sombras le abrió las puertas para colocarse al mando de la fotografía de la franquicia de mafia de Coppola en 1972, convirtiéndose así en uno de los cineastas más influyentes en el campo y marcando una tendencia que proseguirían después muchos profesionales del medio. A pesar de sus contribuciones en la Historia del séptimo arte, con fotogramas para el recuerdo como éste, Willis no ganó ninguno de los Oscar para los que fue nominado, Zelig de Allen y El Padrino III. También probó suerte como director en 1980 con el thriller Ventanas.
En 2010 la Academia le concedió un premio honorífico "por la maestría sin igual en el manejo de la luz, la sombra, el color y el movimiento".
"No hay una fórmula. La fórmula sale de ti. Ya sea una luz cenital u otra cosa. Simplemente sucedió, se trataba de lo que era necesario para esa película o esa escena en particular. Así que lo hice. Lo curioso es que es que el diseño de todo aquello, o más bien la intención tras el diseño fue idea de Marlon Brando, porque Marlon tenía aquella cosa que usaba para su maquillaje (refiriéndose a lo que se metía en la boca para deformar su rostro), y la luz cenital era la forma más efectiva de lidiar con él. En realidad no te interesa ver sus ojos. Hubo un gran revuelo en Hollywood con eso, 'no se pueden ver sus ojos'. Es verdad. No se puede". explicaba Willis en una reciente entrevista para Craft Truck.
Os dejamos un vídeo de Willis hablando de su estilo cinematográfico en El Padrino.
/Vía Deadline