Por Dirección de Comunicación Universidad de las Artes, ISA.
Bajo el título “En el mundo todo es burla” Ángel Vázquez Millares ofreció este lunes en el Aula Magna de la Universidad de las Artes una conferencia a propósito del aniversario 200 del natalicio de Giuseppe Verdi, como parte de las jornadas de la Semana de la Lengua Italiana en Cuba.
Durante su intercambio con el público el investigador abordó interesantes elementos sobre Falstaff, ópera que Verdi escribiera a los 80 años, luego de casi una treintena de piezas, y que fuera estrenada en 1893 ante unos espectadores que se mostraron un tanto sorprendidos, pues la obra carecía de arias y páginas melódicas de lucimiento, en tanto presentaba un estilo más bien recitativo y algunos monólogos.
Vázquez Millares destacó que Verdi quería abordar la temática de la vejez, tarea a la que se dio junto a Arrigo Boito y para la que escogieron a un personaje de Shakespeare que aparecía en Las alegres comadres de Windsor y en las dos primeras partes de
la tragedia Enrique IV: un hidalgo arruinado, gordo y enamoradizo.
Sobre el proceso de creación el estudioso recalcó que Verdi vaciló antes de asumir por completo este proyecto, sin embargo, las dudas fueron despejadas una a una por Boito, quien lo convenció de que cada sonrisa añade un hilo de tapiz a la vida. Así escribía al crítico de arte Giro Monaldi el compositor: “Boito ha barrido el camino de todos los peros, y me ha escrito una comedia lírica que es diferente a todas las otras. Yo mismo estoy disfrutando mientras escribo la música”.
Si Otello es la culminación del trabajo de Verdi en el terreno de la tragedia, Falstaff lo es en el de la comedia: son las dos caras de una misma moneda, señaló Vázquez Millares y añadió: “…esta ópera representa el triunfo de la vida, un triunfo que disfrutan la juventud y la vejez jugando al amor y barajando las cartas de la ironía y la burla”.
De manera genial –continuó el crítico– utiliza Verdi en esta última pieza recursos como los trinos, quizás como expresión de burla. Mientras, no recuerdo otro empleo más eficaz y funcionalmente dramático que los silencios de Falstaff, resaltó Vázquez Millares para concluir la conferencia.