Llegó el momento tan deseado por unos y tan temido por otros: la Navidad. Es tiempo de gozo y alegría, de reuniones en familia, de comidas copiosas y de villancicos por doquier. Pero... ¿es divertida para todos?
Para muchos, la Navidad es sinónimo de añoranza, pues hay personas que ya no están con nosotros y las echamos de menos. Para otros tantos (y me consta que son muchos) son fechas interminables en las que se intercalan períodos de aburrimiento hasta niveles insospechados durante las cenas navideñas, con otros de verdaderas crisis de pánico porque no saben qué narices regalarle a los suyos.
Por eso, desde aquí te aconsejamos que te tomes estas fiestas con mucha calma. No le des excesiva importancia a lo que regalas, pues como bien sabes ¡la intención es lo que cuenta!
En las comidas, trata de sentarte cerca de personas con las que compartas aficiones sobre las que poder charlar. Si vas a verte con familiares que te son casi desconocidos, haz un pequeño esfuerzo por interesarte en sus temas, quizá te lleves la agradable sorpresa de que tenéis mucho en común y paséis un buen rato.
Lo más importante es que te armes de paciencia, disfrutes de aquello que más te guste y no olvides que tu familia, aunque a veces pueda ser muy pesada contigo, siempre estará ahí.
Esperamos que tengas unas ¡felices fiestas!
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