Revista Opinión

Fanatismo y tontería

Publicado el 22 marzo 2011 por Tiburciosamsa

Hay algo que me incomoda. Hay causas que me parecen justas y legítimas, como la igualdad de género y la oposición al aborto, pero antes querría que me operaran del apéndice que tomarme un café con sus paladines.

Bien mirado, una feminista progre (generalmente defensora de la primera de las causas) tiene muchísimo en común con una dama bienpensante del Opus (generalmente defensora de la segunda). Ambas son fanáticas, intolerantes, se creen en posesión de la verdad, no soportan las críticas y carecen de sentido del humor. Que la bienpensante tenga algo de inquisidora entra dentro de lo esperable, pero que la feminista progre también quiera implantar su propia inquisición resulta irónico. Será que llevamos la inquisición en los genes más que en la ideología.

Cuando se estrenó la película de Godard “Je vous salue Marie” hubo gente que fue a rezar el rosario a la salida del cine. El gesto me pareció un tanto ridículo. Hace unos días un grupo de estudiantes hicieron topless en la capilla de su universidad. El gesto también me parece ridículo. Los del rosario y las del topless tienen más en común de lo que se creen. Ambos se han sentido agredidos, unos por una película que nadie les forzaba a ver y otras por una capilla a la que nadie les forzaba a entrar. Ninguno quería reconocer la libertad del contrario a ver su película o a rezar en su capilla.

Reflexionando sobre esta contradicción de que me atraigan algunas causas, pero me repelan sus defensores, me encontré con el siguiente texto de Sangharakshita:

Los cruzados morales son así. Son flageladores, yo-soy-mejor-que-tú, de las carencias morales de la gente. En algunos casos, sin duda, su sentimiento de ofensa está justificado, pero uno sospecha que muchos de ellos sólo buscan atraer la atención sobre sí mismos y hacer que otros se sientan incómodos. Algunos vegetarianos, por ejemplo, le hacen esto al desafortunado comedor de carne. Por muy valioso que sea su trabajo, es la vehemencia con la que los activistas de un solo tema insisten en la importancia única de su causa particular lo que a menudo hace sospechosa su postura. En la India una vez me encontré con un hombre, por poner otro ejemplo, que pensaba que cualquiera con conciencia social debería ayudar a los leprosos, igual que él. Si no lo hacías, estabas en bancarrota moral. Identificándote fuertemente con una causa valiosa, te colocas en una posición de superioridad moral. Creas una situación en la que eres uno de los pocos que tienen razón, lo que te permite mirar por encima del hombro a todos los demás. Cuanta más importancia des a tu causa, más importancia te das a ti mismo.”

No se me ha notado nada que he tratado de quedar por encima de feministas progres y antiabortistas, ¿verdad?


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