Hace tres días hablamos del lanzamiento de la bomba Little Boy sobre la ciudad de Hiroshima, y tres días después, los americanos volvieron a cometer otra atrocidad semejante, Fat Man sobre Nagasaki. Hace 69 9 de agosto, Nagasaki sufrió un suceso que cambiaría su historia para siempre, el lanzamiento de la segunda bomba atómica contra una ciudad.
Al igual que pasó en Hiroshima, justo a las 11:02 de la mañana, se celebró en la Plaza de la Paz (la de Nagasaki) una ceremonia que recordaba a todas las víctimas de la matanza atómica. Y del mismo modo, miles de personas se congregaron alrededor de la plaza, y bajo un silencio sepulcral se oyeron los discursos de diferentes colectivos; silencio roto por las campanadas en favor de la paz realizada por la llamada Campana de La Paz.
Fat Man fue lanzado sobre un valle donde se concentraban la ciudad portuaria y gran parte de la industria en el norte de la ciudad nipona. Esta explosión, además de acabar durante muchos años con la economía de Nagasaki, hizo algo todavía más importante, acabó en un instante con nada menos que la vida de 74.000 personas; a las que se sumarían las que posteriormente morirían por los efectos secundarios de Fat Man.
Recordemos que esta explosión sucedía después de que hace 3 meses, las demás potencia del Eje se rindieran ante los Aliados, quedando EE.UU y el Imperio Japonés como los únicos participantes en el mayor conflicto armado de la Historia, la Segunda Guerra Mundial. Durante los últimos meses de guerra, los Estados Unidos habían investigado y desarrollado el modelo de la bomba atómica, para ponerlo en marcha y conseguir la rendición de un Japón humillado. Con el lanzamiento de estas dos bombas, y perdiendo millones de personas en la batalla, de formas tan locas como los soldados kamikazes, el Imperio Nipón no tuvo más remedio que rendirse ante los Aliados, acabando con su supremacía en el Lejano Oriente, y despojándolo de todo el territorio conquistado, antes y durante el conflicto.
Arriba: Bomba atómica Fat Man-
Abajo: Bombardeo B-29 Brockscar.
Fat Man era de plutonio, a diferencia de Little Boy que era de uranio. Con 4.630 kilos de peso, 3,25 metros de longitud, y 1,52 de diámetro, esta bomba era capaz de destruir todo tipo de objetos. Tenía una potencia superior a la de Hiroshima, pero debido a la topografía de Nagasaki, el radio de alcance de esta bomba se redujo considerablemente.
En el anterior artículo no había hecho referencia a una polémica que tiene que ver con esto, y por ello hoy
Monumento a las víctimas de la bomba atómica de Nagasaki.
(9-6-45)
vamos a comentarla. La Constitución nipona es conocida por ser una de las más pacifistas del mundo, pero a principios de julio, el Gobierno japonés dirigido por el primer ministro Shinzo Abe, aprobó algunas modificaciones que le darían un carácter más militar. El pueblo enseguida reaccionó, y durante estos meses han estado protestando por estos cambios. El alcalde de Nagasaki, Tomihisa Taue, también se sumó a la protesta, y lo destacó en su discurso, especialmente dirigida, esta parte, al primer ministro, que se encontraba sentado a escasos metros de él en la ceremonia, al igual que su homólogo Matsui (alcalde de Hiroshima) hace tres días.
Representantes de numerosos países, entre los que se encuentran potencias nucleares (como EE.UU, Reino Unido, Francia...), asistieron al acto conmemorativo, donde se pidió, al igual que en Hiroshima, el mayor acercamiento entre los países para lograr un desarme nuclear total. Y esperemos, que dentro de unos años, todas las potencias tanto occidentales como orientales, sean capaces de ponerse de acuerdo, y lograr, como indicaron Taue y Matsui, el desarme nuclear total.